Cómo cambiar el pañal al bebé: niños y niñas

Aprende a limpiar los genitales del bebé

Cuando el primer retoño llega a casa surgen mil dudas, muchas de ellas relacionadas con una parte esencial del cuidado del bebé: el cambio de pañal. ¿Le estamos cogiendo bien? ¿Cuándo hay que cambiarle? ¿Cómo limpiamos? ¿Qué hacemos si no se está quieto? ¿Qué productos elegimos? ¿Pañales desechables o ecológicos? Dudas razonables sobre una acción que en el muchos casos hay que realizar entre seis y diez veces por día.

La técnica del cambio del pañal


Cambiar el panal al bebe

El orden y la previsión es una de las cosas que hemos de tener en cuenta cuando nos enfrentamos a los primeros cambios. Lo mejor es tener a mano todos los artículos necesarios: toallitas o esponja, agua, ropa limpia por si la necesitamos, cremas… y, por supuesto, los pañales.

A partir de ahí todo es cuestión de técnica y ensayo: hay que levantar al bebé por las piernas, asiéndolo por los pies y colocando un dedo entre sus tobillos. No importa tomarse tiempo en estos primeros cambios, el bebé es muy pequeño, hay que tratarlo con cuidado y mantener la máxima higiene.

Cómo cambiar a una niña

Siempre hay que hacerlo de delante hacia atrás para proteger los genitales y poner especial cuidado en limpiar todos los pliegues de la piel y que queden bien secos. Para conseguirlo es bueno dejar al recién nacido sin pañal durante un rato. Si es niña, habrá que arrastrar la suciedad hacia la zona de las nalgas para proteger la higiene de la vulva.

Cómo cambiar a un niño

En los niños hay que poner cuidado en asear el pene, el escroto y la zona que le rodea y, por su forma de orinar, es frecuente que se ensucien también parte de la tripa.

En ambos casos si el bebé conserva el cordón umbilical habrá que tener especial cuidado con su ombligo y doblar siempre el pañal para dejarlo al descubierto.

Bebé recién nacido, ¿cuándo cambiar el pañal?


  • Un recién nacido puede necesitar entre ocho y diez pañales al día. Y aunque nos parezca una tarea interminable es algo que no debe preocuparnos porque ello indica que está alimentándose y que procesa los alimentos. En este sentido, la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) recomienda llevar al pequeño al pediatra si moja menos de cinco pañales al día.
  • En las primeras semanas lo mejor es olvidarse de reglas fijas. Los músculos de la vejiga del bebé no pueden contenerse porque están poco desarrollados, de modo que mojará los pañales con frecuencia, sobre todo después de cada toma. Cuando va siendo más mayor, el niño podrá establecer pautas. Pero al margen de las necesidades del pequeño, siempre habrá una rutina de horarios establecida: por la mañana al levantarse; antes o después de comer; después de la siesta y antes de acostarse. Cuanto mayor sea la frecuencia, habrá menos posibilidades de que la piel de la zona del pañal se dañe.
  • Para proteger la piel los productos que debemos utilizar han de ser tan suaves como eficaces. Por ello, conviene tener en cuenta que hasta los cuatro años la piel de los niños no alcanza el grosor de la de un adulto. 
  • Sobre todo cuando son muy pequeños se recomienda sólo el lavado con agua tibia y una esponja natural, ya que los jabones pueden provocar la pérdida de aceites propios de la piel. Las toallitas son una buena opción cuando el bebé ya es más mayor.
  • En cuanto a la protección, las mejores cremas son aquellas que incorporan óxido de zinc. Una vez limpio, tan sólo hay que poner el pañal nuevo para lo que se coge al niño de la misma manera que al quitarlo. Se coloca el pañal y se pasa la parte delantera hasta su cintura, procurando dejarlo en el centro para evitar escapes.

Cambio de pañal fuera de la casa

Por suerte, cada vez es más frecuente encontrar fuera de casa lugares que cuentan con servicio de cambiador, aunque queda camino por recorrer para que esta tarea pueda resultar cómoda fuera de casa. Por eso lo mejor es estar preparados para todo tipo de imprevistos. Así, conviene llevar un empapador, toallitas, crema, ropa de recambio y una bolsa para poder meter el pañal sucio si no encontramos dónde hacerlo. Y, por supuesto, pañales de recambio.

Además, conviene tener en cuenta situaciones y reglas de protocolo si vamos a cambiar al niño fuera de casa para evitar situaciones desagradables. Por ejemplo, si visitamos a algún familiar o conocido siempre es conveniente preguntar antes dónde podemos realizar la tarea; en los restaurantes será en el baño. En parques y playas, si no cuentan con servicios, lo mejor es buscar una zona con intimidad. Y no hay que olvidar que el cambio en la propia silla del pequeño puede sacarnos de apuro.

cambiar el panal cuando sales de casa

Charo Barroso