Hemorroides: consejos para lidiar con ellas

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hemorroides en el embarazo
30 Ene 2014

Las hemorroides son una de las pesadillas más comunes entre las embarazadas y en el posparto. En el momento de tu vida, cuando precisas estar al cien por ciento para cuidar a tu bebé dentro y fuera de tu tripa, te surge esta incómoda dolencia. Una hemorroide es una dilatación venosa localizada en la región anal, que puede ser visible o no. En algunas ocasiones la clínica que produce es sensación de pesadez o dolor urente y en otros momentos, puede ser un dolor más intenso incluso llegando a sangrados, sobre todo tras realizar deposición.

Es cierto que la incidencia de hemorroides durante la gestación es bastante frecuente, debido principalmente al éstasis venoso que se produce. Es decir, hay un enlentecimiento de la circulación por dos motivos: uno mecánico y otro hormonal. La causa mecánica es la compresión de la vena cava inferior y de los vasos pélvicos por el incremento del tamaño del útero grávido. El motivo hormonal se debe a la elevación de la progesterona, alterando la estructura de la pared vascular y la movilidad del tránsito intestinal. Este último fenómeno favorece el estreñimiento tan acuciado en las embarazadas y que puede ocasionar que sea más fácil la aparición de esta molesta dolencia.

En el posparto también es más habitual que la mujer se descubra una zona abultada en la región anal, viéndose una hemorroide por primera vez, puesto que tras los pujos necesarios en el parto se puede facilitar su aparición.

Embarazada: Cómo prevenir y tratar las hemorroides

Lo más importante, es establecer unas recomendaciones sencillas pero que puedan realizarse durante ambos periodos, gestación y posparto, para aliviar las molestias que traen en consecuencia las hemorroides. Detallamos algunas a continuación:

  • Evitar el estreñimiento. El hecho de estar estreñida parece algo tan común que muchas mujeres no acuden a su obstetra para comentárselo, bien sea por pudor o bien porque es considerado como lo normal. Nada más lejos de la realidad. Debes realizar una ingesta de líquidos abundante y comer alimentos ricos en fibra para intentar evitar tener que suplementar con productos ricos en fibra la alimentación; estos también pueden ser prescritos por tu médico.
  • Deambula de manera diaria. El estar sentado grandes periodos de tiempo va a hacer que aumentes la presión intraabdominal y perianal, favoreciendo la aparición de las hemorroides y, si ya las tienes, aumentando su sintomatología. Además el ejercicio físico va a favorecer que vayas más fácilmente al baño.
  • No cojas peso. Parece evidente que una embarazada no debe cargar con grandes volúmenes ni pesos, pero a veces se nos olvida y lo obvio deja de serlo.
  • Compresas frías o hielo. Si ya tienes esas hemorroides sintomáticas es recomendable que te pongas en la zona compresas frías o hielo. Tienen un efecto antiinflamatorio; otro consejo es tomar baños de agua tibia después de realizar la deposición, para intentar reducirlas. Además, se pueden emplear flebotónicos, siempre bajo supervisión y prescripción médica, en aquellos casos en los que los síntomas limitan la actividad de la vida diaria de la embarazada.

Aunque hay un antes y un después al parto, este tiempo posterior, no tiene que ser peor ni mucho menos peor, en especial por el angelito que tienes ahora en tus manos. Además debes tener en cuenta que las hemorroides suelen remitir tras el puerperio, así que ánimo, e intenta paliar su sintomatología.