La obesidad, enemiga del embarazo

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Obesidad en el embarazo

La sociedad en la que nos movemos hoy lleva implícito un estilo de vida que habitualmente no es el correcto, puesto que vamos con prisa, no comemos adecuadamente y uno de los paradigmas que tenemos para llevar una vida sana, que es la realización de ejercicio físico, a menudo no se puede llevar a cabo por la falta de tiempo. Todo ello conlleva a que el número de personas que presentan índices de masa corporal elevados, es decir sobrepeso, es cada vez más alto.

Por tanto, nos podríamos plantear cuáles son los problemas que puede traer consigo este exceso de peso, no solo durante el embarazo, sino también antes del mismo. Puesto que, en muchas ocasiones, las mujeres con unos kilos de más se encuentran con dificultades a la hora de concebir, de quedarse embarazadas, debido a que la obesidad puede venir asociada a otros cuadros hormonales que pueden descontrolar el eje hipotálamo-hipofisiario-gonadal y evitar que se ovule correctamente. Este cuadro es lo que se denomina Síndrome de Ovario Poliquístico y enmarca a una mujer con unas características clínicas claras y que presenta unas alteraciones tanto analíticas y ecográficas específicas, asociado todo ello, a problemas de esterilidad. Este síndrome, en un número importante de los casos, puede mejorar y favorecerse la ovulación con la reducción excesiva del peso, al igual que con antidiabéticos orales, siempre bajo la supervisión de un especialista.

Las complicaciones que provoca la obesidad

Durante el embarazo, son múltiples las complicaciones que se pueden acontecer cuando hay un peso elevado en la futura mamá, por lo que la recomendación es el de llevar una dieta equilibrada desde el principio del embarazo y no incrementar mucho el peso, ya que no es necesario. La realización de ejercicio físico es fundamental, puesto que, la gestación, queramos o no, es un momento donde nuestras articulaciones y músculos van a trabajar con mayor peso que el que tenemos en condiciones basales y si ya partimos de un sobrepeso, toda nuestra estructura musculoesquelética puede fallarnos y limitarnos nuestra actividad durante estos meses.

Por otro lado, no solo el peso afecta a la mamá en ese sentido, sino que también se puede producir complicaciones importantes de la gestación, como la diabetes gestacional (más difícil de controlar en estos casos) o la elevación de la tensión arterial hasta llegar a patologías importantes como la preeclampsia. Ambas enfermedades no producen exclusivamente alteraciones en la gestante, sino que también pueden afectar al bebé, en cuanto a alteraciones del crecimiento (macrosomía fetal en la diabetes y, por contra, retraso en el crecimiento uterino en la preeclampsia) e incluso, parto prematuro (bien sea porque el ginecólogo crea que es mejor la finalización de la gestación por estas patologías o porque el parto se inicie antes de tiempo).

¿Cómo influye la obesidad en el parto?

También se pueden dar complicaciones en el momento del parto, la más habitual que se produzca es una mala evolución del mismo y al final la realización de una cesárea o bien, que en el momento de nacer el bebé, no salga nada más que la cabeza y no los hombros, lo que se denomina distocia de hombros, siendo una de las situaciones más peligrosas dentro de la obstetricia y que con una serie de maniobras, se puede resolver en un número importante de casos.

Parece que con todo lo que hemos descrito, una mujer con sobrepeso u obesidad no puede quedarse embarazada. ¡Ni mucho menos! Sí que es cierto que se debe conocer las complicaciones que podemos tener si partimos de una situación basal no adecuada. De esa manera, podemos poner solución previamente e intentar reducir de peso durante el tiempo que estamos buscando gestación, para que cuando llevemos a nuestro bebé en nuestro seno, estemos en las mejores condiciones posibles. Así que ¡mucho ánimo!