El tabaquismo pasivo en el embarazo aumenta los problemas respiratorios del bebé

01 Abr 2016
Tabaquismo pasivo en el embarazo

Embarazo y tabaco son dos cosas claramente incompatibles para la buena salud de la madre y del bebé. Eso está fuera de toda duda y apoyado por múltiples investigaciones. Pero hay que puntualizar que no se trata sólo de que la madre no fume durante la gestación, sino que también tiene que evitar en su entorno el humo del tabaco. Un estudio del Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental (CREAL) publicado en la revista European Respiratory Journal subraya que la salud del feto se ve afectada cuando la futura madre es fumadora pasiva.

La investigación ha analizado datos de 27.993 madres e hijos incluidos en 15 cohortes europeas de nacimiento, donde España también está incluida, y sostiene que las mujeres expuestas a tabaquismo pasivo durante el embarazo tienen un 11% más riesgo de que su hijo sufra trastornos del aparato respiratorio durante los dos primeros años de vida. Además, si después del nacimiento el bebé continúa expuesto al humo del tabaco, el riesgo aumenta al 29%.

Embarazo y tabaco

Si la embarazada ha sido fumadora activa, las posibilidades de que el niño sufra sibilancias se dispara al 74%. A todo ello se suman los perjuicios para la salud del hijo cuando éste se convierte en fumador pasivo de sus padres, lo que puede provocarle más infecciones respiratorias y otitis y, ya en edad adulta, mayor riesgo de padecer cáncer de pulmón, explican los investigadores.

Un bebé con sibilancias en sus primeros años de vida puede padecer asma y otras enfermedades respiratorias en su infancia y algunos informes vinculan estos síntomas con la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) en adultos.

Espacios sin humo para embarazadas y bebés

Son muchos los estudios que relacionan a madres fumadoras con hijos asmáticos y con infecciones del sistema respiratorio, pero hasta ahora los efectos de la exposición pasiva al tabaco durante la gestación no estaban claros. Las embarazadas deben evitar –explican los autores de la investigación- la exposición activa y pasiva al humo del tabaco en beneficio de la salud de los hijos. En España, la normativa antitabaco ha aumentado los espacios libres de humo, pero hace falta concienciarse también en entornos como el hogar o el coche, donde las concentraciones de humo pueden llegar a ser muy altas.