Vitamina E o "vitamina de la fecundación"

Mejora la calidad del semen y ayuda a madurar los óvulos

La vitamina E o tocoferol es conocida también como la vitamina de la fecundación: regula el sistema hormonal y puede mejorar en el hombre la calidad de los espermatozoides. Además ayuda a la maduración de los óvulos femeninos.

¿Dónde se encuentra?


  • Germen de trigo, maíz, aceites vegetales, aceitunas y frutos secos, como las nueces, las almendras y los piñones.
  • Mantequilla y huevo.
  • Hortalizas de hojas verdes, como espinacas, coles, lechuga.
  • Espárragos.

Con una dieta equilibrada no se necesita un aporte extra de vitamina E.

¿Cómo actúa?


La vitamina E es fundamentalmente antioxidante ya que elimina los radicales libres producidos por la respiración. Las consecuencias de esta función antioxidante son:

  • Mantiene la integridad de las membranas celulares.
  • Promueve la cicatrización.
  • Retraso del envejecimiento.
  • Mantenimiento del sistema inmune: Estimula la producción de células de defensa (aumenta la respuesta celular).
  • Retrasa la formación de cataratas.
  • Contribuye a reducir el riesgo de padecer cáncer.
  • Evita la destrucción anormal de glóbulos rojos (previene la anemia).
  • Además ayuda a la acción de la vitamina K y participa en la formación del grupo hemo de los glóbulos rojos.

Embarazo y vitamina E


  • En los estudios que se han realizado la vitamina E ha demostrado en varones estériles o con pocos espermatozoides, una mejora en la calidad del semen, en la motililidad de los espermatozoides y en el porcentaje de espermatozoides vivos o normales.
  • En otros mamíferos se ha comprobado que cuando la dieta es baja en vitamina E, las hembras tienen dificultades para reproducirse, ya que interviene en la maduración de los óvulos.

¿Y si hay un exceso?


El exceso se produce por tomar complementos vitamínicos y puede ser tóxico, ya que al tratarse de una vitamina liposoluble que se acumula en el organismo. Un abuso produce:

  • Diarrea.
  • Dolor abdominal.
  • Fatiga.
  • Hemorragia.
  • Hipertensión arterial.
  • Disminución de la resistencia a infecciones bacterianas.