Los cólicos del lactante: cómo calmarlos
Masajes abdominales, leches especiales o probióticos pueden ayudar
Los cólicos del lactante son una alteración caracterizada por crisis de llanto inconsolable que se produce en niños sanos. Motivo muy frecuente de consulta, puede afectar hasta un 40 por ciento de lactantes y supone angustia e impotencia en los padres del bebé. Sin embargo, no hay que preocuparse ante un niño que los presente porque es un trastorno benigno que desaparece en los primeros meses de vida.
¿Qué son los cólicos del lactante?
Wessel, un profesor de pediatría que fue el primero que describió los cólicos del lactante, creó la llamada “regla del tres”:
Se trata de episodios de llanto, irritabilidad y enrojecimiento que aparecen durante más de tres horas al día, más de tres días a la semana, y en más de tres semanas.
En la actual clasificación de trastornos digestivos funcionales se definen como: “Llanto o irritabilidad paroxísticos, sin causa aparente, durante más de tres horas al día en al menos tres días de la semana en lactantes de menores de cuatro meses sin fallo de medro (curva de peso y talla normales)”.
¿Por qué se producen estos episodios de cólico?
Aunque se han relacionado con varios factores, las causas exactas son desconocidas:
- Desde el punto de vista digestivo parece que las proteínas de la leche de vaca pudieran estar relacionadas con su aparición. Aunque hay estudios en los que mejoran los síntomas con fórmulas de proteínas hidrolizadas, aún se considera algo muy discutido.
- También se ha intentado atribuir a la lactosa de la leche, sin haber sido demostrado en los estudios realizados.
- Otros factores gastrointestinales probablemente relacionados son la inmadurez intestinal (mala absorción de azucares, dismotilidad del intestino) y las alteraciones de la composición de la microbiota intestinal (disminución de bifidobacterias y proteobacterias).
- También hay aspectos biopsicosociales que parecen aumentar el riesgo de los cólicos, como el tabaquismo materno durante el embarazo o la mayor tensión emocional de los padres hacia el niño.
¿Cómo se diagnostica el cólico del lactante?
El diagnóstico es puramente clínico. Es decir, no hay pruebas complementarias: se basa en una historia clínica compatible junto con una exploración física normal que arroja un peso, talla y desarrollo físico adecuados.
Para llegar al diagnóstico y descartar otras causas, en la historia clínica el pediatra le preguntará sobre el tipo de llanto, la duración, la frecuencia, los factores desencadenantes.... También será importante explicar la técnica de alimentación, la cantidad, si tiene vómitos o regurgita, el tipo de deposiciones que realiza el niño, si han introducido algún alimento nuevo o si el lactante descansa bien por la noche, entre otras cuestiones.
¿Cómo saber si el bebé llora por cólicos?
En condiciones normales los bebés lloran bastante sin causa, algunos de ellos hasta dos o tres horas al día, más frecuentemente por la tarde, disminuyendo las horas de llanto paulatinamente según van pasando los primeros dos o tres meses de vida.
En el caso del cólico, el llanto del lactante es de tipo paroxístico -es decir, tiene un principio y un final claros- y muy difícilmente consolable, con una duración de más de tres horas.
Estas son otras características fácilmente identificables:
- Suele ser más agudo e intenso que el provocado por otros motivos.
- Se acompaña de movimientos de flexión de las piernas.
- A veces también hay una flexión de los brazos, apretando los puños.
- Con enrojecimiento generalizado de la piel.
¿Qué otras alteraciones pueden parecer cólicos pero no lo son?
Lo primero es descartar es que el lactante tenga hambre o que esté deshidratado por un aporte insuficiente de leche. Otras causas de llanto prolongado pueden ser:
- Trastornos digestivos (invaginación intestinal, estreñimiento con o sin fisura anal, hernias o enfermedad por reflujo gastroesofágico).
- Alteraciones del aparto genitourinario como torsión gonadal o hernias.
- Problemas neurológicos como infección del sistema nervioso central o meningitis.
- Otros problemas varios: alergia a las proteínas de la leche de vaca, fracturas, infección ósea o torniquetes de pelo en el dedo o en el pene.
¿Qué debe alarmarnos para acudir al pediatra?
El niño deberá ser valorado por un médico si presenta signos de deshidratación:
- Si se le cambian menos pañales de lo habitual, si la orina es oscura, si no realiza deposiciones, si tiene la boca seca o llora sin lágrima, o si tiene la piel y la conjuntiva amarillas (ictericia).
- Otros signos de alarma son: escasa ganancia de peso, mal estado general, mala coloración general (color pálido-grisáceo, pajizo), mala perfusión (piel reticulada), sintomatología neurológica (tendencia excesiva al sueño, debilidad general), fiebre, vómitos de repetición o sangre en las heces.
¿Qué se puede hacer para tratar los cólicos?
Lo primero que se debe tener en cuenta es que no existe un remedio eficaz al cien por ciento para eliminar los cólicos del lactante, salvo el paso del tiempo. Sin embargo, hay múltiples posibilidades que pueden mejorar los síntomas, unas con mayor evidencia científica que otras:
- Los remedios físicos como masajes abdominales, sonidos rítmicos (lavadora), montarle en coche, acunarle... se han recomendado clásicamente pero no hay estudios que lo avalen.
- El uso de hidrolizados de proteínas o fórmulas parcialmente hidrolizadas se han mostrado eficaces en algunos estudios, pero no se recomienda su uso de forma sistemática.
- Las fórmulas de soja no son recomendables en bebés menores de seis meses. La dieta hipoalergénica en la madre (sin proteína de leche de vaca) sí podría ser eficaz en aquellas con antecedentes de dermatitis atópica.
- Los preparados de hierbas (manzanilla, hinojo, melisa, etc.) han mostrado, a corto plazo, una pequeña reducción de los síntomas sin efectos adversos.
- Los probióticos y simbióticos han mostrado eficacia en varios estudios en comparación con placebo.
- La suplementación de la dieta con fibra o la limitación de lactosa no han sido eficaces. Tampoco hay estudios que avalen la homeopatía o la osteopatía.
¿Cuál es el pronóstico de los niños con cólicos?
Habitualmente desaparecen entre los tres y cuatro meses de vida y suelen ser niños sanos que evolucionan bien. Sin embrago, hay estudios prospectivos que han encontrado que los niños con cólicos del lactante pueden tener más rabietas y trastornos de conducta en la infancia. También se han observado antecedentes de cólicos del lactante en pacientes con dolor abdominal recurrente y migrañas.