La leche materna protege de las caries a tu bebé

Tiene componentes que luchan contra las bacterias

Es un bulo que la lactancia materna cause caries en el bebé.  Se trata precisamente de lo contrario: Los componentes de la leche materna evitan que crezcan las bacterias que causan las caries infantiles.

Leche materna: evita las caries del bebé

La lactancia materna no provoca caries


La leche materna es sin duda el mejor alimento para el niño, porque contiene todo lo que necesita para crecer sano.  Sin embargo, en torno a ella existen muchos bulos y mentiras. Uno de ellos es que puede provocar caries en los dientes del bebé, por una infección de "streptococos mutants". Para combatir este mito, hemos hablado con Javier Corrillero, matrón de Matrona Sur.

“La lactancia materna no provoca caries”, confirma Javier Corrillero. La explicación está en la composición de la leche materna. La leche está formada por disacáridos, como la lactosa, y otros oligosacáridos, pero no contiene los azúcares que se relacionan con la caries.

“Además, la leche materna es un fluido vivo, que contiene gran cantidad inmunoglobulinas A (IgA), lactoferrina, lisozima y otras enzimas que protegen a los dientes de esas bacterias que provocaría el ácido láctico al metabolizar la glucosa en ausencia de oxígeno. Así que pensar que la leche materna provoca caries no tiene fundamento”, añade Javier Carrillero. 

Sin caries en los fósiles de bebés

Existe otro dato que avala la función bacteriológica de la leche materna y la prevención de las caries. Como nos dice el matrón Javier Corrillero en los restos prehistóricos de bebés encontrados, cuando la lactancia materna era en exclusiva y no había otros alimentos, los estudios antropológicos no han hallado muestras de caries en sus dentaduras.

Lactancia materna, protege las encías 


Bacterias de la leche materna evitan la caries infantil

Esta acción bacteriológica de la leche materna es tal que incluso, según comenta Javier Corrilero, si el bebé toma lactancia materna en exclusiva (sin biberones de leche artificial de “ayuda”) ni otros alimentos (cereales, fruta, papillas…) “no es necesario que después de mamar haya que limpiar sus encías”.

“Un niño que se alimenta solo de la leche materna no solo tiene los componentes estructurales y energéticos, sino que sus inmunoglobulinas y enzimas hacen neutralizar las bacterias de la boca”, añade. Por lo tanto, las bacterias que provocan la caries no pueden atacar a la dentina. La leche materna ejerce esa función protectora.

No ocurre lo mismo con los niños que se alimentan con leche artificial. Entre los componentes de estos productos figura la glucosa, pero sin “la función protectora de la leche materna. Carecen la Inmunoglobulina A, y no tiene las enzimas que protejan al diente”, afirma Javier Corrillero. Por eso, en estos bebés sí que se recomienda que la madre o el padre limpien con una gasa muy fina y mucho cuidado las encías de los bebés.

Favorece la colocación de los dientes


La lactancia materna tampoco deforma los dientes. Más bien al contrario: el mecanismo de succión del pecho materno favorece que los dientes del pequeño aparezcan y se coloquen en el lugar correcto:

  • Es posible que hayas observado que los bebés nacen con la mandíbula inferior algo retraída. Eso no es un capricho de la naturaleza. Al amamantar el bebé produce un movimiento de avance de la mandíbula. De esta forma se evitan problemas en la oclusión dental, como dientes apiñados, mordida cruzada, rotaciones dentarias…
  • Pero además la forma de succionar del pezón materno no tiene nada que ver con la succión de una tetina de biberón. Como nos comenta este especialista, “la elongación del tejido eréctil que tiene el pezón hace que el niño cuando amamanta, este se extienda y se adapte al paladar. El pezón tiene una textura que el niño es capaz de comprimirlo contra el paladar y de esta forma extraer la leche del pecho”.
  • En cambio, cuando a un bebé se le da la leche a través de la tetina de un biberón, su instinto le lleva a intentar hacer lo mismo que con el pecho de su madre, “pero al no conseguirlo lo que hace es intentar echarlo hacia fuera, realizando un movimiento de extrusión. Es un reflejo que comprime la lengua contra la arcada central”.

Lactancia materna, ayuda a colocar los dientes del bebé

Con biberón, más "brackets"


Lo que se produce entonces es una deglución atípica y una futura mala oclusión de la arcada dental. Es decir, los dientes no salen bien colocados. De hecho, algunos estudios afirman que amamantar disminuye en un 50% las maloclusiones. O lo que es lo mismo, los niños que toman biberón tienen más posibilidades de tener que llevar cuando crezcan aparatos que ayuden a colocar sus dientes, como los conocidos "brackets".

Pero los problemas pueden ir mucho más allá. “Los niños que amamantan usan la musculatura de toda la boca, incluidos los músculos de la fonación y la articulación temporomandibular. Pero si el niño no desarrolla esta musculara, en un futuro pueden tener dolor de cabeza o migrañas”, añade Javier Corrillero.

¿Bebés amamantados pero con caries?

Es cierto que la lactancia materna en exclusiva protege de las caries al bebé, pero se pueden dar otras circunstancias que pueden hacer que un niño padezca una infección por caries. “Tampoco existe la confirmación absoluta de que un niño alimentado solo al pecho no va a tener caries”, afirma el matrón. Existe otros factores que influyen. Por ejemplo, aunque hoy es una costumbre en desuso, antes estaba muy extendido el hábito de impregnar el chupete con azúcar para calmar el llanto del bebé.

Además, hay otras circunstancias inherentes al niño. “Es posible que por alguna patología o medicación bajen sus niveles de salivación y eso también influye porque la saliva tiene enzimas que protegen al diente”, añade el especialista de Matronas Sur.

Caries: consejos para evitar la infección


Leche materna, ayuda a colocar los dientes del bebé

La caries es una infección provocada generalmente por unas bacterias, los "streptococos mutants". Y como todas las infecciones, se contagian. En el caso de los bebés, de madre a hijo. “Pero la lactancia materna compensa esos microorganismos”, explica Javier Corrillero. Aun así y para evitar que tu bebé entre en contacto con estos gérmenes, conviene que sigas estos consejos, sobre todo si no amamantas a tu pequeño:

  • En el embarazo debes acudir a la consulta de tu dentista para que realice una revisión, y si tienes alguna caries, la trate. De esta forma estarás libre de bacterias bucales dañinas para cuando nazca tu pequeño.
  • En el caso de que notes una caries cuando tu bebé ya ha nacido y hasta que el dentista pueda tratarla, evita besar a tu pequeño en los labios o en las manitas (se las lleva siempre a la boca).
  • Hay una costumbre muy extendida entre las madres que puede resultar muy perjudicial para los pequeños: limpiar el chupete con su propia saliva cuando este se cae en la calle y no hay a mano forma de asearlo con agua.
  • No es solo que al bebé le pueda transmitir las caries, sino que le puede contagiar otras infecciones peligrosas para él, dado que el sistema inmunológico del pequeño aún no está formado.
  • Si el pequeño ya toma alimentación complementaria, como purés o papillas, evita soplar para enfriarlos, ya que sin querer expeles gotitas de saliva que pueden estar infectadas.
Caridad Ruiz
Redactora experta en Salud