Cómo evitar la episiotomía en el parto

España duplica la tasa de episiotomías recomendada por la OMS

Una de las prácticas del parto que más inquieta a las mujeres es la episotomía. Esta incisión, que se realiza en el periné para agrandar la apertura vaginal en el momento en el que nace el bebé para evitar desgarros, se realiza hoy día de una manera casi rutinaria en los hospitales españoles y su práctica se sitúa en medio de una calurosa discusión. Si España superaba con creces las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en cuanto a cesáreas, con las episotomías ocurre un tanto de lo mismo. El último informe de la European Perinatal Health Report sobre esta práctica cifraba en un 82,3 por ciento la tasa de mujeres en nuestro país a las que se practica episiotomía mientras la OMS estima que ha de situarse en un 20: cuadriplicamos la tasa de intervenciones recomendadas. Los expertos consultados creen que se podría evitar un buen porcentaje de episiotomías en España.

En países como Estados Unidos se realiza a más de la mitad de las mujeres primíparas, y en Francia e Inglaterra el porcentaje se sitúa en un 30 por ciento, mientras que en países como Holanda, donde apuestan por el parto natural, se sitúa por debajo del 25%. Entonces ¿qué está ocurriendo? ¿Se ha convertido esta práctica en una rutina al margen de las recomendaciones médicas? ¿Falta formación? ¿Deberían las mujeres tener mayor poder de decisión sobre su parto? ¿Hay consenso sobre la tasa ideal de episiotomías?

Los expertos creen que se podrían evitar muchas episiotomías


Mª Ángeles Rodríguez Rozalén, presidenta de la Asociación Española de Matronas, explica que en nuestro país nos encontramos inmersos en un proceso de cambio, con el que se espera descienda el número de episiotomías siguiendo las recomendaciones de la OMS. "Hasta hace pocos años si se producía durante el parto un desgarro de tercer o cuarto grado estaba muy mal visto entre el equipo obstétrico porque significaba, o falta de pericia, o falta de previsión por no haber realizado una episiotomía a tiempo. Esto llevó a que en la mayoría de los partos de primíparas se realizara esta intervención", explica esta experta. No obstante, a la hora de hablar de cifras deja claro que "no se trata de consenso sobre el número ideal. Se trata de capacidad científica, discernimiento y habilidades de los que atendemos los partos, además de la singularidad de cada mujer. La estadística es peligrosa cuando se pretende, a priori, incluir procesos como el parto en el influyen múltiples factores como el tipo de inicio y su evolución, el manejo, duración y posición del feto durante el expulsivo, características anatómicas de los genitales externos, cualidades de sus tejidos, el tamaño del bebé, las condiciones del bienestar fetal, si se precisa o no alguna instrumentación para la extracción fetal…".

A la luz de todo lo anterior, la recomendación de la Asociación Española de Matronas es que, teniendo en cuenta las revisiones de organismos expertos en la materia, la episiotomía no debe practicarse de una forma rutinaria y apuesta por promover entre los profesionales su uso restringido, no suturar los desgarros pequeños si no existe sangrado, y mejorar la formación y habilidades tanto de médicos como de matronas sobre la protección del periné.

Su presidenta es rotunda: "No se debe hacer bandera del sí o el no sobre ciertas intervenciones. La cuestión es otra. Se debe hacer todo aquello que beneficie a la madre y al hijo en el momento preciso, y no se debe hacer lo que no pueda beneficiarles". En este sentido, aclara que "la episiotomía ha mostrado más ventajas que inconvenientes cuando se realiza de manera restrictiva, es decir, cuando es realmente necesaria". Rozalén insiste en que "cada parto es único y cada mujer tiene necesidades diferentes. Hay que apostar por una atención personalizada con los medios necesarios para ello. Un 80 por ciento de los partos no necesitan que se les cure, sino que se les cuide".

A lo largo de los años, la episiotomía se ha venido defendiendo –a pesar de su pobre evidencia científica- alegando una reducción del riesgo de los desgarros perineales, de la disfunción del suelo pélvico, de la incontinencia urinaria y fecal, y de los beneficios que supone para el feto un acortamiento del periodo expulsivo. Por su parte, quienes se oponen a esta práctica la consideran antinatural e innecesaria en la mayoría de los casos, y aseguran que produce más lesiones y secuelas de las que intenta prevenir, ya que aumenta la hemorragia, el dolor postparto y complica las relaciones sexuales. Además, argumentan que no se trata de corte inocente, ya que mientras los desgarros que se producen de forma natural cicatrizan mejor porque sólo afectan a la piel, la episiotomía atraviesa también músculos.

Cómo evitar la episiotomía en el parto


Siempre que sea posible, conviene conceder tiempo al periodo expulsivo, colocando compresas calientes y protegiendo el periné para intentar evitar la episiotomía. Hay quienes recomiendan evitar el pujo durante el periodo expulsivo sustituyéndolo por exhalaciones. Antes del parto, durante las últimas seis semanas, los masajes perineales (con aceite de rosa mosqueta, por ejemplo) y los ejercicios de Kegel ayudan a mejorar la movilidad, la nutrición y la flexibilidad el periné, lo que ayudará a su distensión durante el parto. Asunción Gómez, matrona y fisioterapeuta especializada en suelo pélvico insiste en que "hay que centrar la atención en el suelo pélvico durante toda la vida, no solo en el parto". 

evitar la episiotomía

Fisiológicamente las mujeres no necesitan preparar el periné para el parto porque ya viene, digámoslo así, preparado de serie. El cuerpo de la mujer está diseñado para parir, para que se estire y el bebé salga sin dificultades. Sin embargo, la falta de conciencia corporal del periné provoca que pueda estar rígido, lo que aumenta el dolor y las posibilidades de romperse. El miedo es el peor enemigo del parto y del periné, tanto el temor de la mujer a parir, como el miedo del profesional que no confía en ella". Así las cosas, esta especialista recomienda trabajar el periné antes del parto. "Si éste está sano, consciente e integrado en el esquema corporal, las dificultades son menores. Además de esto hay que tener paciencia, dejar que la naturaleza haga su trabajo, que el periné se distienda lo más lentamente posible, ayudado o no por el calor, sin frotarlo ni masajearlo durante el parto, con mucha paciencia, en postura libre y sin cortar sin necesidad" y precisa que las matronas y los médicos tienen formación para valorar el riesgo, pero lo que necesitan los profesionales es cambiar los conceptos de los tiempos, posturas y posibilidad de lesiones perineales. "La episiotomía se previene no teniendo las tijeras a mano", sentencia.

Charo Barroso