Amniocentesis: cuándo y cómo realizarla
La prueba invasiva se realiza entre las semanas 15 y 21 de embarazo
La amniocentesis consiste en la extracción de una pequeña cantidad de líquido amniótico del útero materno para su análisis. Suele realizarse entre las semanas 15 y 17 de embarazo, aunque su límite suelen ser las 21 semanas de gestación. Sirve para detectar defectos del tubo neural, infecciones fetales o incluso para la evacuación del exceso de líquido amniótico. Se recomienda que la madre haga reposo hasta las 48 horas siguientes a la prueba para evitar complicaciones.
¿Cuándo se realiza la amniocentesis?
- Normalmente se realiza en el segundo trimestre de gestación, entre las semanas 15 y 21 de gestación, pero lo más habitual es que se practique entre la semanas 15 y 17.
- Las amniocentesis precoces, antes de la semana 14 , tienen un mayor del riesgo de aborto, rotura prematura de bolsa y lesión fetal.
- Aunque pueden realizarse amniocentesis hasta la semana 21 , a partir de la semana 18 se suele optar por otras técnicas de diagnóstico prenatal como la cordocentesis.
- También se pueden realizar amniocentesis en otros momentos del embarazo para indicaciones no genéticas como la evaluación de infecciones fetales, grado de anemia hemolítica (incompatibilidad Rh), grado de maduración pulmonar y para la evacuación de exceso de líquido amniótico.
¿Cómo se practica la amniocentesis?
La amniocentesis es una prueba invasiva, ya que traspasa la pared uterina. Los ginecólogos siguen los siguientes pasos para realizarla:
- Se coloca a la mujer embarazada recostada sobre su espalda.
- Seguidamente se realiza una ecografía para localizar la posición del feto y la zona de mayor cantidad de líquido amniótico y para evitar atravesar la placenta.
- Se limpia la zona del abdomen con una solución antibacteriana.
- Mediante guía ecográfica se introduce una pequeña aguja a través del abdomen, atravesando la pared abdominal y la pared del útero.
- Se extraen 20 centímetros cúbicos de líquido amniótico.
Una vez finalizado el proceso, el médico comprueba mediante una ecografía que la presencia de latido fetal sea normal y que no ha sufrido daños, así como que la madre no presente hemorragias, pérdidas de líquido o cualquier otra anomalía.
Para la prueba se puede administrar anestesia local, aunque normalmente no es necesario ya que, las molestias son sólo ligeramente mayores que las producidas en una extracción de sangre.
La duración de la prueba es muy pocos minutos si no se presentan complicaciones. Tras ella, se recomienda hacer reposo (descanso y evitar actividades enérgicas) durante 24-48 horas y en los casos de embarazadas con Rh negativo se debe administrar gammaglobulina anti-D antes de las 72 horas tras la realización de la amniocentesis.