Desarrollo feto semana 31: Le empieza a faltar espacio
El bebé traga líquido amniótico y lo expulsa orinando
Tu bebé ya pesa casi un kilo y medio y mide más de 40 centímetros en la semana 31 de embarazo. Al ser cada vez más grande, el útero empieza a quedarse estrecho. Por eso los movimientos de tu pequeño no son tan numerosos en esta semana de gestación.
Cómo notas las patadas
Si el bebé se ha encajado ya -es decir, se encuentra boca abajo con las piernas cruzadas-, notarás las patadas con gran intensidad. Pero si sigue sentado sobre el útero, las percibirás con menos intensidad, pero sí que sentirás una presión sobre las costillas, provocada por su cabeza. De todas formas aún le queda mucho por engordar. Desde la semana 31 de embarazo hasta su nacimiento, doblará su peso.
Los ojos se ejercitan
Sus párpados permanecen abiertos durante largos periodos de tiempo y el iris se puede contraer o dilatar. Aunque como dentro del útero está oscuro, de momento está función no la ejercita demasiado. Sólo si te acercas una linterna o un foco a la tripa percibiría algo de luz.
El meconio y sus problemas
El bebé traga grandes cantidades de líquido amniótico y expulsa… ¡medio litro de orina al día! Esos tragos también generan otro tipo de deshecho: el meconio. Se trata de una sustancia oscura, muy pegajosa formada por células epiteliales, restos de lanugo, secreciones del estómago y del hígado.
Lo normal es que expulse dicho meconio a las pocas horas de nacer; pero en ocasiones, si el bebé ha sufrido una situación de estrés, lo deshecha mientras aún está en el útero materno, lo que puede comprometer su salud. Por el momento, no te preocupes: el meconio se está acumulando en su pequeño intestino.
Succión y deglución, un arte
Aunque desde el segundo trimestre el bebé ya era capaz de practicar la succión, ahora es un arte que practica con gran facilidad. Si el bebé naciera en esta semana aún no podría mamar de tu pecho ya que no coordina bien este reflejo con el de la deglución, imprescindible para que pueda alimentarse por sí mismo. Pero le queda muy poco para adquirir esta destreza.
Qué siente la madre en la semana 31 de embarazo
El parto se va acercado y el organismo materno se prepara para él. Por eso, las contracciones de Braxton Hicks son cada vez más frecuentes. Se caracterizan porque una zona de la tripa se pone dura y suelen remitir al cambiar de postura y ser indoloras. Si la madre nota que son muy dolorosas y tiene otros síntomas, como dolor parecido al de la menstruación, es mejor acudir al ginecólogo. Le examinarán y harán una monitorización para saber si se encuentra de parto o no.
Un consejo para alimentarte mejor
La vitamina D regula el metabolismo del calcio y además hay estudios que señalan que su carencia puede provocar preeclampsia, una enfermedad muy grave del embarazo que reduce el paso de la sangre hacia la placenta, por lo que el bebé no conseguiría el aporte necesario de oxígeno y nutrientes. A diferencia de otras vitaminas, ésta no se obtiene a través de un alimento sino que se forma en el organismo a partir del colesterol.
El proceso de transformación tiene lugar debajo de la piel donde, por acción de los rayos solares, el colesterol se transforma en colecalciferol la forma activa de la vitamina D. Por eso conviene que sigas estos consejos:
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Exponerte a la luz solar unos 15 minutos diarios: lo ideal es que des un paseo.
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Si por algún motivo no es posible (porque tengas que hacer reposo, por ejemplo) conviene que consultes con tu médico sobre la necesidad de tomar suplementos.
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Hay algunos alimentos que contienen vitamina D, como el huevo, el hígado de vaca, el queso y los champiñones, pero en cantidades muy pequeñas.
Un truco para aliviar molestias
En la semana 31, la tripa ya es muy voluminosa y el centro de gravedad se encuentra desplazado hacia delante. La espalda es una de las partes del organismo femenino que más sufre con ese peso de más. Para evitar dolores de espalda, la embarazada debe adoptar buenas posturas:
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Siéntate derecha con la espalda apoyada sobre el respaldo de la silla, con las piernas sin cruzar.
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Para coger un objeto del suelo, flexiona las rodillas y no arquees la espalda.
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Conviene que camines recta, sin sacar la tripa hacia delante.