Consejos para que los niños tengan dientes sanos

Cómo cuidar la dentición mediante una dieta equilibrada

La dieta y unos hábitos saludables son la clave para que los más pequeños crezcan con una dentadura sana, libre de caries. El azúcar es el principal enemigo a combatir. Pero educar a los niños en una buena higiene dental es fundamental.

El azúcar en las comidas


  • El desayuno es la comida fundamental del día. Es preferible que el niño desayune en casa y se tome el tiempo necesario para comenzar el día con un menú equilibrado: algo de fruta o zumo, proteínas como fiambre de pechuga de pavo o jamón cocido, lácteos y cereales.
  • No se debe saltar la merienda. Es el mejor momento para la fruta o para rescatar el clásico bocadillo de pan de barra y huir de bollería industrial, zumos envasados, chocolates y chucherías.
  • Tanto para el recreo como para la merienda, si está previsto hacerla fuera de casa, conviene llevar el correspondiente tentempié preparado de casa. De esta manera es más fácil evitar tentaciones poco saludables.
  • Conviene evitar el picoteo entre horas. Es mejor hacer pocas ingestas al día de mayores cantidades que hacer muchas ingestas de cantidades más pequeñas. De esta manera, limitamos los momentos en los que los dientes se ven expuestos a los ataques ácidos de las bacterias. En casa, procura esconder los alimentos menos recomendables y poner a la vista y más a mano los productos más saludables.

Consejos para que los niños tengan dientes sanos

  • Es recomendable aumentar el consumo de fruta fresca: constituye la mejor opción como postre de la comida y de la cena. Igualmente, la fruta también es la mejor opción a la hora del recreo, troceada o a mordiscos después de lavarla bien. Esta segunda opción es incluso aún más saludable ya que en cada mordisco, el roce favorece la autolimpieza de los dientes.
  • Se debe priorizar el consumo de los postres lácteos más sencillos (yogures, cuajadas, requesón…) sobre los dulces (natillas, cremas chocolateadas, copas de nata…). Al igual que con los zumos, es preferible no añadir azúcares.
  • Para beber, siempre es recomendable el agua. Los zumos y los batidos, mejor que sean naturales, conservando la pulpa en el caso de los zumos o al menos buena parte de ella. A la hora de preparar zumos y batidos, no es conveniente añadirle azúcar, y si lo haces, que sea en poca cantidad. Se recomienda no tomar bebidas con gas ni que contengan cafeína.

Salud dental: golosinas y bollería


  • A la hora de celebrar un cumpleaños, los frutos secos o pequeños regalos como cajitas de lápices, chapas, pegatinas o muñequitos, constituyen una alternativa sana y divertida. La repostería casera suele ser mejor opción que la industrial.
  • Las golosinas no deben usarse para entretener al niño, premiarle o estimularle. Intente que el consumo sea ocasional, estableciendo quizás un día a la semana. Siempre que sea posible, hacer la ingesta sin grandes intervalos de tiempo entre unas y otras y que se cepille los dientes después. Es preferible tomar frutos secos (almendras, pipas, nueces, cacahuetes…) que chucherías dulces y pegajosas.
  • Evidentemente, aunque las chucherías y bollería son lo más peligroso en cuanto a la posibilidad de producir caries dental, existen en nuestra dieta muchos alimentos cariogénicos: productos con elevados contenidos en sacarosa (refrescos, kétchup…) y que nos pasan desapercibidos por no tratarse de chucherías. Por eso, conviene hacer un repaso de los hábitos dietéticos, para introducir cambios más saludables.

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La importancia de la higiene dental

Cierto es que hay que limitar el consumo de aquellos que se consideran más peligrosos y que son muchas veces innecesarios desde un punto de vista nutricional, pero aquellos otros hidratos de carbono necesarios para nuestra alimentación no los podemos suprimir. Así pues, en este sentido, cobra más importancia que tengamos una buena higiene dental después de cada ingesta. Esto nos permite neutralizar los ácidos que se producen inmediatamente después, eliminar restos de alimentos que puedan quedar en la superficie de los dientes y mantener a raya a las bacterias.

No hay que olvidar, además, que existen muchos medicamentos azucarados -tanto ingeridos como inhalados-, cuya administración suele ser nocturna, sin acompañarse de una higiene posterior. Si tu hijo tiene que tomar un medicamento con sacarosa, deberías valorar la posibilidad de sustituirlo por otro equivalente sin azúcares. Si esto no fuese posible, es necesario limpiar los dientes una vez tomados dichos medicamentos, ya que se ha visto que su uso prolongado incrementa la incidencia de caries y gingivitis.

 

Mónica Miegimolle Herrero y Eva María Martínez Pérez
Odontólogas