Contaminación: Puede dañar la fertilidad futura

Podría afectar también al desarrollo cerebral

 

La contaminación ambiental podría afectar al desarrollo cerebral y tener graves efectos sobre el desarrollo sexual y la fertilidad que se prolongarían durante varias generaciones, causando daños duraderos en nuestras hormonas, las de nuestros hijos y las de nuestros nietos. 

Efectos de los químicos disruptores endocrinos de uso cotidiano


La contaminación ambiental afecta a la capacidad de tener hijos

Esta es una de las conclusiones que la Sociedad Europea de Endocrinología (ECE 2019) ha tratado en su reunión anual celebrada en Francia. Los especialistas participantes en este encuentro han puesto el foco sobre los perjuicios que la exposición diaria a contaminantes ambientales tiene sobre la salud y cómo estas sustancias tóxicas provocan importantes alteraciones en el sistema endocrino.

Sus conclusiones se basan en un estudio realizado con ratas embarazadas a las que se expuso a una mezcla de sustancias químicas disruptoras endocrinas comunes en dosis similares a las que experimentan las personas. La descendencia de estos animales mostró alteraciones en el desarrollo sexual y en el comportamiento materno en varias generaciones.

Estos resultados podrían trasladarse a las personas y los especialistas consideran que los niveles actuales de sustancias químicas a los que estamos expuestos son capaces de alterar nuestro sistema endocrino y pueden estar causando ya daños duraderos, por lo que reclaman que se tomen medidas para minimizar estos efectos.

Desarrollo sexual alterado e infertilidad

En nuestra vida diaria estamos en contacto con cientos de químicos contaminantes de alteración endocrina que pueden alterar la función normal de nuestras hormonas y que se han relacionado en otras ocasiones con casos de infertilidad y desarrollo sexual alterado tanto en animales como en personas. Estos químicos se usan en la fabricación de plásticos, pesticidas o medicamentos.

Tóxicos que podrían afectar a varias generaciones 


Efectos en los gametos de los tóxicos y disruptores endocrinos

Todavía no está claro el alcance del daño que causan en la salud y tampoco se conocen las consecuencias que tendrán en las generaciones futuras, pero los últimos estudios, como este realizado en roedores, sugieren que la exposición a estos químicos disruptores endrocrinos comunes (EDC por sus siglas en inglés) podrían afectar al desarrollo cerebral a lo largo de varias generaciones, aunque los efectos sobre el desarrollo sexual y la reproducción no se han investigado todavía.

En el estudio presentado durante la reunión anual de los endocrinos en Francia se supervisó el desarrollo sexual de tres generaciones de ratas, después de haber expuesto a los primeros individuos a una mezcla de disruptores endocrinos durante el embarazo y la lactancia.  

Ya se observaron deficiencias en las hembras nacidas en la primera y segunda generación. Estos animales tuvieron retrasos en la pubertad y alteraciones en el ciclo reproductivo y en el desarrollo del folículo ovárico, lo que mostraría que su fertilidad se vio afectada a pesar de que no estuvieron expuestas a disruptores endocrinos.

A mayor exposición, mayor daño


Efectos de tóxicos en gametos y fertilidad de hijos y nietos

Este punto preocupa a los investigadores, que se preguntan qué puede pasar en la vida real, cuando también los descendientes están en contacto con estos tóxicos.

“Nuestros resultados plantean preocupaciones reales sobre los efectos de estos contaminantes en nuestro medio ambiente. Encontramos los efectos de los EDC en generaciones de animales que no habían estado directamente expuestos a los productos químicos. Exponemos a la generación principal y descubrimos a largo plazo efectos en la fertilidad. Por supuesto, en la vida cotidiana esto no sucedería y la exposición a estos químicos dañinos continuaría, lo que significa que se podría hacer aún más daño”, explica uno de los investigadores.

“Los hallazgos plantean preguntas sobre el legado que estamos dejando a las generaciones futuras. La legislación europea actual sobre los EDC no considera cómo las mezclas de contaminantes de baja dosis en nuestro medio ambiente podrían causar daño y afectar a nuestros niños y a la vida silvestre en las generaciones futuras. Los datos sugieren una necesidad urgente de seguir el principio de precaución”, subraya el equipo de endocrinos.

Dori Delgado
Redactora experta en Salud