La obesidad de los padres puede provocar retrasos en el desarrollo de los hijos
El desarrollo neurológico del niño en las primeras etapas de la infancia puede resultar afectado si ambos padres son obesos. Así lo afirma un estudio estadounidense publicado en la versión electrónica de la revista Pediatrics, que sostiene que un exceso de peso tanto en la madre como en el padre determinan retrasos en el desarrollo psicomotor fino (capacidad para controlar el movimiento de los músculos pequeños, como las manos) y en el comportamiento personal-social del hijo.
Se trata de uno de los pocos estudios que incluye información sobre el padre y los resultados sugieren que su peso también tiene una influencia significativa en el desarrollo del niño. De hecho, sostiene que el estado de cada progenitor incide en el desarrollo de un área determinada del niño.
Salud infantil y exceso de peso
La investigación se realizó entre 2008 y 2010. En ella participaron más de 5.000 madres del estado de Nueva York a las que se analizó cuatro meses después de dar a luz. Los padres completaron un cuestionario de edades y etapas, que se utiliza como instrumento de evaluación para identificar retrasos del desarrollo psicomotor fino, psicomotor grueso, comunicación, interrelación personal-social y capacidad para resolver problemas. Los padres tuvieron que responder a este cuestionario en varios momentos de las primeras etapas de la infancia de sus hijos: entre los 4-6 meses y de nuevo a los 8, 12, 18, 24, 30 y 36 meses de edad.
Las madres estudiadas también tuvieron que responder a cuestiones sobre su estado de salud y estilo de vida, entre ellas la talla y el peso de los dos progenitores, el peso materno antes del embarazo y el aumento de peso total durante la gestación.
Después de analizar toda la información, los investigadores vieron que los niños de madres obesas (con índice de masa corporal igual o superior a 30 Kg/m2) tenían mayor riesgo de presentar deficiencias en el dominio psicomotor fino que los hijos de madres con peso normal (índice de masa corporal menor de 25 kg/m2). El riesgo era un 70% mayor. Por su parte, los hijos de padres obesos tenían casi tres veces más probabilidades de retraso en el desarrollo personal-social.
A más obesidad, mayor retraso infantil
Los investigadores observaron que a mayor grado de obesidad de los padres, mayores eran los riesgos para los hijos. Cuando ambos padres sufrían obesidad de clase II/III (IMC igual o superior a 35 kg/m2) se disparaban las probabilidades de retrasos en múltiples desarrollos.
Los resultados, explican los autores, demuestran que la obesidad materna y paterna puede asociarse de manera diferente a distintos desarrollos en el niño:
- La obesidad materna se relaciona con las habilidades motoras finas.
- La paterna, con el desarrollo personal-social.
Posible afectación al cerebro del feto
Aunque no se conoce el motivo por el que la obesidad de los padres puede provocar retrasos en el desarrollo infantil, los autores señalan que los estudios en animales indican que el exceso de peso durante el embarazo puede derivar en inflamación, lo que podría afectar al cerebro del feto. La información es todavía más escasa respecto al posible efecto de la obesidad paterna en el desarrollo del niño, pero los investigadores señalan que otros estudios apuntan que podría afectar la expresión de los genes en el esperma.
El efecto que un exceso de peso en los padres puede tener sobre el desarrollo neurológico de los hijos, sobre todo cuando la obesidad afecta tanto al padre como a la madre, hace recomendable informar a la familia, sostienen los autores de la investigación, que consideran que de esta forma se podría poner en marcha una intervención temprana y un seguimiento más estrecho de los grupos de riesgo.