Puerperio: Hemorroides, desgarros periné y vaginales

Qué hacer en estas situaciones

El posparto es un momento clave para cuidar músculos y órganos del suelo pélvico. El gran esfuerzo realizado en el parto hace que la nueva mamá pueda sufrir dolores de diversa índole, dependiendo del punto concreto de la anatomía: hemorroides, hematoma y desgarros de periné, así como desgarros vaginales. Te ofrecemos consejos y cuidados para cada situación.

Hemorroides


  • Pueden surgir durante el parto debido al esfuerzo en el periodo expulsivo.  
  • La mayoría de las veces aparecen en el embarazo y se incrementan en el momento del parto.  Por eso, las embarazadas también deben cuidar sus hemorroides
  • En el postparto, la zona anal está muy dolorida y a veces las hemorroides duelen más que los propios puntos de la episiotomía, la incisión que se realiza en le periné para agrandar el canal del parto. Se debe lavar la zona del ano después de cada deposición.   
  • En estos casos es conveniente aplicar hielo envuelto en una tela a nivel del ano. La aplicación de pomadas analgésicas y antiinflamatorias en las hemorroides pueden aliviar también los síntomas, pero hay que procurar que no se extienda la pomada a la incisión, ya que prolongaría su cicatrización al humedecerla.

Hematoma en periné


  • Secundariamente a las maniobras del parto, puede aparecer un hematoma en la región perineal. Este hematoma puede localizarse en los labios mayores y menores de un lado o de los dos, en la región entre el ano y la vagina o alrededor de la cicatriz de la episiotomía. A veces puede extenderse hasta los glúteos o hasta el pubis. En la exploración se palpa una masa dolorosa que la paciente identifica fácilmente cuando se toca.  
  • Aunque el dolor de estos hematomas no es muy intenso, causa molestias a ese nivel, sobre todo al sentarse.
  • Lo mejor para paliar el dolor de los hematomas es la aplicación local de hielo envuelto en una tela durante diez minutos y varias veces al día.   

Desgarros vaginales


  • A veces la episiotomía o los partos sin ella, se acompañan de desgarros que se prolongan hacia dentro de la vagina. Los desgarros son heridas más profundas en la pared vaginal que pueden llegar hasta el cuello del útero.  
  • Estos desgarros son más frecuentes en los partos instrumentales en los que se utilizan espátulas o fórceps.   
  • La confirmación del desgarro vaginal se hace mediante una exploración  con valvas de forma detallada de todas las paredes de la vagina. Todo desgarro vaginal se deberá suturar para garantizar la integridad de la vagina y cohibir el sangrado que en la mayoría de los casos le acompaña. A veces es necesario la aplicación de un taponamiento en la vagina durante varias horas si no cesa el sangrado a pesar de los puntos.  
  • Estos desgarros se acompañan de un mayor dolor vaginal y una recuperación más lenta de la mujer puérpera. No requieren cuidados especiales ni lavados vaginales internos. Hay que evitar la aplicación de taponamientos domiciliarios.

Desgarros de periné


desgarros

  • Son desgarros de los genitales que pueden prolongarse hasta el ano. Suelen ser más frecuentes en partos de niños muy grandes (fetos macrosómicos) o tras la aplicación de fórceps o espátulas. Con frecuencia ocurren cuando no se realiza una episiotomía y la paciente se desgarra en la salida de la cabeza y el cuerpo del bebé si el periné no se distiende bien
  • Debe suturarse el desgarro con puntos sueltos y lavarlos con agua y jabón una o dos veces al día. Si produce mucho dolor, se administrará un analgésico.
  • Con el tiempo, las pacientes que han tenido desgarros vaginales, son más propensas a tener incontinencia urinaria y rectal.