Cómo cuidar la piel de la embarazada en el verano

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Cómo cuidar tu piel en el verano
22 Jul 2022

Hoy vamos a hablar de los cambios que experimenta la piel de la embarazada y de cómo puedes cuidarla adecuadamente en el verano.

Todo el año esperando y por fin llega el verano. Época de sol y largos días, de vacaciones y reencuentros con la familia y amigos, de baños y largos paseos, de descanso y también de fiesta. Si durante esta época estas embarazada, puedes disfrutar de todos estos placeres casi como siempre, aunque tomando ciertas precauciones especiales.

Cambios en la piel de la embarazada

La gestación ocasiona cambios fisiológicos en todo el organismo de la mujer gestante, incluida su piel. Esta se vuelve más sensible y más reactiva a las agresiones externas, aumentando el riesgo de irritaciones y quemaduras solares. También es característico un aumento de melatonina (la sustancia responsable de la tonalidad morena tras la exposición solar), pero el aumento de pigmentación no es uniforme, y puede favorecer la aparición de manchas en la piel, especialmente en la cara.

Tampoco hay que olvidar que hay ciertas zonas del organismo, como la piel del escote y la región abdominal, que están sometidas a una gran tensión debido a la distensión que se produce por el crecimiento del útero y los cambios en el pecho. Esto la ocasiona aún más sensibilidad y fragilidad y además  también pueden aparecer estrías.

Consejos para cuidar tu piel en verano

✅ Protégete de los rayos solares. Es fundamental utilizar una adecuada protección solar para evitar manchas y quemaduras solares. Lo ideal es utilizar protección solar factor 50 (nunca menos de 30), aplicarla al menos media hora antes de salir de casa y de la exposición solar, y renovando su aplicación cuando sea necesario, sobre todo en las zonas más sensibles. Evita exponerte directamente al sol, sobre todo las zonas más sensibles de la piel, utilizando sombreros de ala ancha y en la playa o piscina una sombrilla.  

Hidratación. Además de la protección solar es fundamental una adecuada hidratación de la piel, sobre todo si vas a la playa o piscina, antes y después del baño. Tras la ducha, aplica una cantidad generosa de crema hidratante o aceite corporal. 

Y más hidratación… También hay que  hidratar la piel desde el interior, y para ello debes beber mucha cantidad de agua, de manera constante. Como mínimo, dos litros al día. 

Vestimenta adecuada. Que sea cómoda, fresca, suelta, transpirable, y preferiblemente en tonos claros y de tejidos naturales, como el algodón o el lino. También presta atención al calzado, que debe ser cómodo, que deje transpirar adecuadamente al pie y preferiblemente plano o de tacón bajo.

Evita el calor excesivo. Provoca sudor, deshidratación, e irritación cutánea, incluso dermatitis en zonas específicas de más sudor y roce, como ingles, axilas, corvas, zona de la cara interna de los muslos... Evita salir en las horas centrales del día.

Hábitos de vida saludable. Una adecuada alimentación y ejercicio físico moderado, adaptado a tu situación, influyen positivamente en todo tu organismo. Aprovecha esta época para practicar un deporte tan beneficioso como la natación, y dar largos paseos, y disfruta de una alimentación rica en frutas y verduras frescas, que tanto apetecen con el calor. En definitiva, sigue nuestro estilo de vida mediterráneo.

Elisa García
Especialista en Obstetricia y Ginecología en el Hospital Clínico San Carlos (Madrid)