¿Qué tipo de infección de orina tengo y cómo se trata?

Es fundamental que la infección de detecte a tiempo

infeccion de orina

En el embarazo existen tres formas clínicas de presentación de la infección del tracto urinario (ITU): bacteriuria asintomática o BAS (2-11 por ciento), cistitis (1,5 por ciento) y pielonefritis aguda (1-2 por ciento). En este "post" nos ceñiremos a la bacteriuria asintomática que es la más frecuente. En otra ocasión comentaremos la clínica y el tratamiento de las infecciones de la vejiga (cistitis) y las del riñón (pielonefritis). Bacteriuria asintomática

El tracto urinario es estéril, por lo que la presencia de bacterias es ya un hallazgo anómalo, pero de significado patológico variable. Esta simple presencia se denomina bacteriuria. Su importancia dependerá del tipo de bacteria que colonice el tracto urinario, de la existencia de otras bacterias asociadas y fundamentalmente de su cuantía. La bacteriuria asintomática se caracteriza por la presencia de una cantidad importante de bacterias en orina (bacteriuria significativa), en ausencia de síntomas específicos. 

Hay diversos factores asociados con la presencia de BAS, tanto en gestantes como no embarazadas. Estos factores son: nivel socioeconómico bajo, diabetes, antecedentes de ITU en embarazos previos, multiparidad, actividad sexual, anomalías del tracto urinario y anemia falciforme.

La mayoría de las mujeres con bacteriuria asintomática presenta esta condición de forma previa al embarazo. No obstante, independientemente de este hecho, el riesgo de aparición aumenta conforme lo hace el embarazo, con un riesgo máximo entre las semanas 9 a 17, como consecuencia de las modificaciones gravídicas del tracto urinario. Aunque el embarazo no predispone a la BAS, ésta sí que predispone a la infección aguda del propio riñón (pielonefritis aguda), un 30 por ciento desarrollará esta complicación si no se trata.

Otros efectos adversos incluyen: anemia maternahipertensión arterial , amenaza de parto pretérmino y aumento de la tasa de recién nacidos de bajo peso. De todo lo dicho anteriormente podemos concluir que:

  • La bacteriuria asintomática es frecuente en el embarazo.
  • Su incidencia oscila entre el 2-11 por ciento, según la población de estudio.
  • En su curso natural evoluciona a infección del tracto urinario sintomática (cistitis y pielonefritis) en el 20-40 por ciento de los casos.
  • La incidencia de parto prematuro alcanza el 20-50 por ciento.
  • Los programas de cribado reducen la incidencia de pielonefritis del 4 al 0,8 por ciento.

Detección precoz de la infección, la clave


Por todas estas razones se justifica el establecimiento de programas de detección precoz de la bacteriuria asintomática o BAS en el embarazo (programas de cribado). La infección sintomática del tracto urinario (cistitis y pielonefritis) se desarrolla en el 20-40 por ciento de las pacientes con BAS (1-3 por ciento de todos los embarazos), por lo que el establecimiento de estos programas y el tratamiento de esta infección permitirán eliminar una importante parte de las infecciones sintomáticas y de sus complicaciones.

El método por excelencia es el urocultivo, ya que el diagnóstico se establece cuando éste es positivo. Su aplicación ha de ser universal, con especial atención en subpoblaciones de alto riesgo, recomendándose la realización de un cultivo de orina a todas las gestantes en la primera consulta prenatal.

Existen multitud de fármacos empleados en el tratamiento. La antibioterapia se elegirá siempre en función del antibiograma y de la categoría de riesgo teratogénico para el embarazo. Éstos son los pertenecientes a la categoría A o B, es decir, pueden emplearse sin riesgo, entre ellos: los ß-lactámicos como la amoxicilina, la nitrofurantoína y la fosfomicina-trometamol (Monurol®), siendo éste último el único autorizado como terapéutica a dosis única de las infecciones del tracto urinario inferior en la embarazada. Muy recientemente se ha publicado un trabajo en el que el cefditoren Pivoxilo (Meiact® 400mg/12h durante tres días) tiene unos resultados excelentes en el tratamiento de las infecciones urinarias durante el embarazo y superiores a amoxicilina.

Debido a la gran frecuencia de recaídas a pesar del tratamiento, aconsejamos realizar un nuevo urocultivo a la semana de finalizada la antibioterapia, y después repetirlo mensualmente.

Dr. Miguel Ángel Herraiz Martínez
Jefe del Servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital Clínico San Carlos y Catedrático de la Universidad Complutense, de Madrid