Algunos embarazos se complican y pueden aparecer patologías, como la diabetes, la preeclampsia o la placenta previa. En otras ocasiones el bebé crece menos de lo que debiera o vienen dos o más bebés. Son embarazos que conllevan cierto riesgo, pero que por suerte, la mayoría de ellos -con el tratamiento adecuado- termina felizmente.