Exploración del recién nacido a las 24 horas de vida

Qué valoran los pediatras en el bebé un día después del parto

Se efectúa de modo sistemático, y es deseable en el caso de los recién nacidos sanos y que no tienen ningún problema que realice en presencia de la madre para poder responder a las dudas que le puedan surgir. Conviene que el bebé esté tranquilo. Lo ideal es que sea entre dos tomas. Se valora su aspecto general, movimientos espontáneos, aspecto de la piel, cráneo, cara y ojos, cuello, tórax, abdomen, genitales y extremidades.

Cómo es la revisión del bebé de un día de vida


En sus primeras horas de vida, el recién nacido suele permanecer tranquilo y dormido, con movimientos respiratorios perceptibles y coloración sonrosada, movimientos enérgicos ante estímulos. Pueden observarse unos movimientos que semejan temblor en barbilla y extremidades (se llaman tremulaciones), acompañando la actividad motora.

  • La piel es fina y delicada, está cubierta de un vello fino, que se llama lanugo. Puede quedar algún resto de vérnix, grasa que recubre la piel del feto y que se va reabsorbiendo durante las primeras horas de vida. También pueden apreciarse zonas de color violáceo en extremidades, si el niño está en un ambiente frío. Estos cambios de coloración son consecuencia de la inmadurez vasomotora propia de esta edad.
  • La mancha mongólica es una zona de piel azul o gris, que se suele encontrar en la zona del sacro, pero también en glúteos, muslos, espalda y hombros. No es signo de ninguna enfermedad ni está relacionada con ninguna cromosomopatía. Suele desaparecer espontáneamente a lo largo del primer año.

Exploración del recién nacido a las 24 horas

  • En algunos recién nacidos se aprecia un fenómeno que se llama en arlequín, que consiste en cambios de color combinando zonas bien delimitadas de distinta tonalidad; es un fenómeno que desaparece espontáneamente, sin que sin que tenga significado patológico. Otra posibilidad es presentar hemangiomas planos en cuello, párpados, zona posterior del cráneo (y que nada tienen que ver con los antojos): son pequeñas zonas de coloración rosácea o granate, cuya coloración se intensifica con el llanto. Pueden estar presentes durante varios meses.
  • En el cráneo se aprecian las fontanelas y suturas. Si el parto ha sido por vía vaginal, las suturas están acabalgadas, es decir, superpuestas. Precisamente esto es lo que ha permitido el paso de la cabeza del bebé por el estrecho canal del parto.
  • El perímetro craneal debe medirse en todos los recién nacidos, así como en los controles periódicos de salud a lo largo de la infancia. La medición se efectúa con una cinta métrica que rodea el cráneo desde la parte media frontal pasando por la zona más prominente occipital. Con esta prueba el médico puede saber si existen algunas enfermedades que tienen cómo signo más evidente un cráneo anormalmente pequeño (microcefalia) o excesivamente grande (macrocefalia).
  • La cara debe examinarse valorando su simetría, así como la simetría de los movimientos; la inspección de los ojos se efectúa tras estimular su apertura, haciendo succionar al niño, colocando con suavidad su propia mano en la boca; durante las primeros días de vida, puede haber pequeñas hemorragias en las conjuntivas que no tienen significado patológico y desaparecen espontáneamente. En los ojos se valora, además, aspecto del iris y reflejo pupilar, que son rojos normalmente; un reflejo blanco es signo de patología e indicación de consulta en oftalmología.

Exploración recién nacido 24 horas

  • Se comprueba la normalidad y simetría de los pabellones auriculares. La permeabilidad de las fosas nasales ya habrá sido valorada en la sala de partos, pasando una sonda fina por ambos orificios nasales para descartar malformaciones que impidan el correcto paso del aire en la respiración. En la boca hay que examinar el paladar para descartar fisuras palatinas; pueden tener un frenillo corto, pero no hay que intervenir salvo que limite tanto los movimientos de la lengua que impida la succión.

  • En el tórax se aprecian los movimientos respiratorios. En esta época de la vida la respiración es principalmente diafragmática, por lo que el abdomen se abomba en cada movimiento respiratorio. La frecuencia respiratoria del neonato es de unas 40 respiraciones por minuto, y la cardiaca entre 90 pulsaciones por minuto (p/m) durante el sueño, pero puede llegar hasta 160-180 p/m cuando el niño está activo. Pueden auscultarse soplos transitorios que no tiene un significado patológico.

  • Pueden presentar unos pechos inflamados o  hipertrofia mamaria e incluso secreción de leche, que no hay que exprimir. Lo habitual es que vaya desapareciendo progresivamente; el dolor y el aspecto inflamatorio, deben hacer pensar en una mastitis. Se debe al paso de las hormonas maternas durante la gestación a través de la placenta y del cordón umbilical.

Exploración tórax 24 horas

  • La exploración del abdomen comprende el aspecto de la cicatriz umbilical y la palpación para descartar masas. Los genitales suelen estar aumentados de tamaño como respuesta a la influencia hormonal materna durante la gestación; los testículos se palpan en el escroto o en el canal inguinal. Se comprueba la permeabilidad del ano, que ya habrá sido efectuada previamente en la primera exploración tras el parto.

  • El neonatólogo debe valorar que las extremidades están bien formadas y la evaluación de las caderas para descartar luxaciones. La exploración se lleva a cabo mediante maniobras específicas y si se comprueba una cadera inestable, los pediatras suelen aconsejar que pongan al bebé dos pañales (para que las piernas se separen) o si es muy acusado se recomienda ayudas ortopédicas durante dos meses. En la exploración de las extremidades se comprueba que no existan deformidades ni asimetrías, así como que la implantación y número de dedos sea el adecuado.

  • La valoración del estado neurológico se efectúa mediante la observación de los movimientos espontáneos o reflejos, la facilidad para despertarlo con estímulos suaves, la capacidad de succión vigorosa, sin excesiva somnolencia cuando toma el biberón o mama.

El reflejo de Moro

Una de las pruebas que realizan los pediatras a los recién nacidos se trata del llamado reflejo de Moro: Se coloca al bebé sobre un cojín tumbado boca arriba, se le sujeta por lo bracitos para incorporarlo levemente y se le suelta (el cojín está debajo y no le pasará nada). Acto seguido, el bebé extiende los brazos hacia arriba con los pulgares flexionados, abre los ojos y, normalmente, llora. Con esta sencilla prueba, lo médicos pueden comprobar que el bebé se encuentra sano y que su sistema neurológico no tiene problemas. Este reflejo desaparece hacia los cuatro meses de vida del pequeño. 

 

Dra. María Teresa Ferrando Lucas
Pediatra Neurólogo del Servicio de Pediatría. Hospital Universitario Quirón Madrid