Cómo limpiar la nariz del recién nacido

Suelen tener mucha mucosidad sin estar enfermos

¿No te parece curioso el ruido de la respiración de los recién nacidos? Los bebés suelen tener mucha mucosidad. No están resfriados, simplemente se debe a que sus vías respiratorias son más estrechas y se taponan con facilidad. A eso hay que unir que no saben sonarse como los adultos, no tienen la capacidad para expulsar los moquillos por sí mismos. El resultado es que esos mocos suelen acumularse. Uno de los cuidados básicos del bebé es la limpieza de la nariz y la extracción de mucosidad de las vías respiratorias. No es nada importante, pero para el bebé va a ser muy molesto. Hay que tener en cuenta que los recién nacidos no saben respirar por la boca.

Qué se necesita para la limpieza nasal


Si no se realiza una limpieza diaria, esos moquillos al quedar retenidos pueden provocar infecciones. Además, el bebé al encontrarse atascado hace tomas más cortas porque se cansa antes”, dice Inés Sánchez Pina, enfermera especializada en Pediatría, miembro de la Asociación de Enfermería Pediátrica de la Comunidad Valenciana.

Para solucionarlo se debe hacer una limpieza de la diminuta nariz del bebé. El mejor momento es después del baño, porque los mocos estarán más reblandecidos.

Pero si es necesario, esta operación se puede repetir varias veces al día, especialmente antes de comer y de dormir.

Para esta operación vas a necesitar: agua de mar hipertónica especial para recién nacidos o suero fisiológico o  agua marina y una jeringuilla estéril.

 

Limpiar la nariz del bebé

Pero si es necesario, esta operación se puede repetir varias veces al día, especialmente antes de comer y de dormir.

Para esta operación vas a necesitar: agua de mar hipertónica especial para recién nacidos o suero fisiológico o  agua marina y una jeringuilla estéril.

Si utilizas agua marina


  • Primer paso: Para los recién nacidos, estos preparados se venden en monodosis. Primero coloca al bebé boca arriba, pero inclina su cabecita hacia la derecha y la izquierda y echa el producto en el orificio que queda arriba, para que no se vaya a los oídos. 
  • Segundo paso: A continuación, sienta al bebé o ponle en posición vertical para que los moquillos vayan saliendo. Quizás se los trague, pero eso no es un problema: los expulsa con las heces.
  • Tercer paso: Si la mucosidad está tan reseca que aún así no expulsa nada, puedes volver a echar unas gotas de producto y masajear suavemente la naricilla para que se desprenda.

Si usas suero fisiológico y jeringuilla


  • Primero debes cargar la jeringuilla con el suero fisiológico (1,5-2 ml es suficiente). Usa ampollas monodosis de suero fisiológico, porque las botellas grandes, al cargar la jeringuilla utilizada en otras ocasiones se puede contaminar.
  • Repite los pasos anteriores (primero, segundo y tercero) que hemos explicado al utilizar agua marina para extraer los mocos.

cómo usar el aspirardor nasal en bebés

Aspiradores nasales, humidificadores...

Los aspiradores nasales o las peras nasales no se deben emplear si la mucosidad se encuentra reseca y pegada a las paredes de la nariz porque puede hacerle daño. “Primero hay que usar suero para reblandecer y no utilizar más de dos veces al día porque puede dañar la mucosa e irritarla”, explica Inés Sánchez Pina.

También se puede utilizar humidificadores para que el ambiente no sea demasiado seco. Lo más adecuados son los de vapor frío, “aunque siempre controlando el vapor del ambiente”, dice. La humedad ambiente (se mide con un higrómetro) no debe superar el 50% para evitar la aparición de hongos en el ambiente. Inés Sánchez Pina tampoco recomienda usar aromas de mentol en menores de dos años.

"Da una sensación falsa de estar despejado y puede provocar vasoconstricción de los bronquios”, afirma la enfermera pediátrica.

Los humidificadores son especialmente necesarios cuando en la casa existe un sistema de aire acondicionado, ya que estos aparatos tienden a resecar mucho el ambiente.

Lavados nasales, muy molestos para el bebé


Los lavados nasales es una operación que como nos dice Inés Sánchez Pina , “no suele gustar a ningún niño”, así que no te extrañe si llora. Es una operación que solo lleva unos segundos, pero en ese tiempo debes sujetar bien al pequeño.  Un buen truco es envolverle en una toalla o sábana, para que no dé manotazos. Además, no introduzcas mucho el aplicador del producto elegido o la cánula de la jeringuilla, ya que al estar molesto se moverá y puede hacerse daño.

 

Caridad Ruiz
Redactora experta en Salud