Las vitaminas liposolubles e hidrosolubles

En el embarazo, las necesidades aumentan

Cada vitamina tiene una función específica y de cada una de ellas existe una cantidad o ingesta recomendada por las autoridades sanitarias en función del sexo, la edad y determinadas situaciones fisiológicas como el embarazo y la lactancia. Estas recomendaciones son las que una persona necesita ingerir para cubrir las necesidades del organismo y mantener al máximo los depósitos, sin causar toxicidad.

Vitaminas hidrosolubles y liposolubles 

Las vitaminas son sustancias orgánicas, no sintetizadas por el organismo, que cumplen funciones esenciales para la vida. Es por esto que hay que consumirlas en la dieta. Los requerimientos diarios no son muy altos, pero tanto su defecto (avitaminosis) como su exceso (hipervitaminosis) pueden producir enfermedades y situaciones de toxicidad respectivamente.

Las vitaminas se clasifican en función de su grado de solubilidad. Hay dos tipos:

1.   Vitaminas hidrosolubles: se disuelven en el agua y el cuerpo las tiene que usar inmediatamente ya que no se almacenan, el exceso se elimina por la orina. Por este motivo hay que tomarlas diariamente.

  a.  Vitaminas del grupo B (la vitamina B12 es la única que se almacena en el hígado durante años)

  b.  Vitamina C

2.  Vitaminas liposolubles: se disuelven en grasa y se almacenan en el tejido

  a.  Vitamina A

  b.  Vitamina D

  c.  Vitamina E

  d.  Vitamina K

Las personas que siguen una dieta equilibrada no necesitan aportes extra de vitaminas ya que cubren sus necesidades con los alimentos que ingieren.

Sólo es necesario el aporte extra en forma de complementos alimenticios en estados carenciales, en patologías y en situaciones fisiológicas donde haya un aumento de dichos requerimientos, como el embarazo.

Las recomendaciones diarias de vitaminas liposolubles para una mujer embarazada son las siguientes:

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