El feto es capaz de distinguir dos idiomas diferentes

03 Oct 2017
Embarazada tumbada con cascos en la tripa

Investigadores del Centro Médico de la Universidad de Kansas (Estados Unidos) han conseguido demostrar que el lenguaje empieza a formarse cuando el bebé aún se encuentra en el útero materno y que son capaces de diferenciar idiomas un mes antes de nacer. “La investigación sugiere que el desarrollo del lenguaje humano puede comenzar realmente pronto”, ha declarado Utako Minai, profesor asociado de lingüística que dirigió el estudio.No hay que olvidar que según varios estudios, el feto comienza a oír a partir de la semana 24 de gestación.

Para el estudio publicado en la revista 'NeuroReport', se utilizó una innovadora tecnología no invasiva que medía la frecuencia cardíaca del feto y se seleccionaron 24 mujeres embarazadas de ocho meses de habla inglesa. Sobre su abdomen se aplicó un magnetocardiograma, una máquina que detecta los latidos del corazón, la respiración y otros movimientos del cuerpo del pequeño. Minai hizo que un orador bilingüe hiciera dos grabaciones, una en inglés y otra en japonés para que se reprodujeran sucesivamente, dos idiomas que son rítmicamente distintos.

Los ritmos cardíacos fetales cambiaron cuando después de haber oído un pasaje de habla inglesa oían el lengua desconocido y rítmicamente distinto, el japonés. En cambio si se le volvía a leer otro pasaje en inglés su ritmo cardíaco no se modificaba. “Creemos que es un hallazgo extremadamente emocionante para la investigación científica básica del lenguaje, y también cabe la posibilidad de que este hallazgo se aplique a otros campos”, afirmó

El sonido intrauterino, esencial para el desarrollo del lenguaje

Kathleen Gustafson, profesora del Departamento de Neurología que ha participado en el estudio, explicó que los fetos pueden escuchar dentro del útero, aunque de forma mitigada. Y no solo el sonido exterior. De hecho, el ambiente intrauterino es un lugar muy ruidoso donde confluyen los sonidos intestinales maternos, los latidos de su corazón y la voz, junto con los sonidos externos. “Sin esa exposición al sonido, la corteza auditiva no obtendría suficiente estimulación para desarrollarse adecuadamente. Es una evidencia de que parte de ese desarrollo está vinculado al lenguaje”, añade Kathleen Gustafson