Forma de nacer y alimentación determinan la microbiota

21 May 2015
La flora intestinal del bebé

Los niños que nacen por parto vaginal tienen bacterias intestinales más parecidas a las de sus madres que los bebés nacidos por cesárea. Además, el cese precoz de la lactancia materna también influye en la flora intestinal infantil, promoviendo bacterias más propias de los adultos.

Ambos resultados se desprenden de un estudio realizado en Suecia, que ha comprobado que la forma en que nacemos y cómo nos alimentamos durante los primeros años de vida determina nuestro microbioma (las bacterias que van a convivir con nosotros). La elección de lactancia materna o artificial es clave para determinar cuáles serán las bacterias que formarán el microbioma intestinal de los niños, según el estudio, que se ha publicado en “Cell Host & Microbe’s”.

Los investigadores analizaron muestras de heces de 98 bebés nacidos en Suecia durante sus primeros doce meses de vida. Los resultados muestran cómo el cese de la lactancia materna, y no la introducción de alimentos sólidos, es el factor fundamental para el desarrollo de una flora intestinal similar a la del adulto. La investigación no ha llegado a estudiar el efecto que un cese precoz de la lactancia materna causa sobre la salud en la adolescencia.

Las bacterias intestinales vienen de la madre

Los resultados de este estudio apoyan otros anteriores que aseguran que las bacterias intestinales de los bebés provienen de su madre. Sin embargo, los expertos han observado ahora que las madres de bebés nacidos por cesárea todavía pueden transmitirles bacterias intestinales a sus hijos a través de la piel y la boca.

La alimentación de los primeros meses también influye decisivamente en las bacterias que se instalan en el aparato digestivo del bebé, que pueden sufrir cambios dependiendo de lo que éste come.

Beneficios de la lactancia materna

Los investigadores subrayan el papel de la lactancia materna en la formación y la sucesión de las comunidades microbianas del intestino infantil durante el primer año de vida. Todo ello porque ciertos tipos de bacterias viven en los nutrientes que proporciona la leche materna. Una vez que se deja de suministrar al bebé estos nutrientes aparecen otras bacterias que son más comunes en los adultos, como los clostridios. Sin embargo, bacterias como bifidobacterium y lactobacillus todavía predominaban en la flora intestinal de bebés alimentados con leche materna.