Por qué tomar suplementos antes y durante el embarazo

El beneficio del ácido fólico en la gestación está respaldado científicamente

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No es extraño encontrarse con embarazadas poco dispuestas o incluso reticentes ante la perspectiva de tomar cualquier tipo de fármaco durante la gestación. Incluso aún podemos escuchar preguntas del estilo: ¿Por qué tengo que tomar suplementos vitamínicos? o ¿Por qué es tan importante el ácido fólico? No obstante, actualmente existe evidencia científica sobre la utilidad de las vitaminas para la embarazada y futura madre. Justificado está, por tanto, que se prescriban dichos complementos alimenticios en esta etapa tan importante en la vida de la mujer.

Además, el principio médico "primun non nocere" (lo primero es no hacer daño) es un pilar básico en el quehacer diario de cualquier médico. Y más aún en el caso del obstetra, ya que en toda su prescripción médica no se encuentra ante un solo paciente sino ante dos: gestante y feto.

La toma de vitaminas antes y durante el embarazo es un hecho que se ha universalizado, con todas las precauciones propias de este estado. Por ello, toda prescripción realizada por un ginecólogo ha de ser respaldada por el conocimiento científico existente en ese momento.

Consejos preconcepcionales para la mujer


Recomendaciones Europeas

A partir de 1999 quedaba demostrada la utilidad del ácido fólico como preventivo de los llamados defectos del tubo neural (DTN). La primera revisión europea al respecto se publicó en 2003. El informe sobre los DTN del Eurocat del European Surveillance of Congenital Anomalies en 2003 contiene las recomendaciones oficiales de 17 países europeos. Dichas recomendaciones incluyen:

  • Suplementación 0.4-0.5 mg/día de ácido fólico en mujeres que estén planificando un embarazo. Se recomienda el comienzo de la suplementación al menos un mes antes de la concepción, en el preembarazo.
  • Suplementación con 4-5 mg/día en antecedentes de hijo con defectos del tubo neural o tratamiento con anticonvulsivantes.
  • Promover una dieta rica en folatos.
  • Impulsar la creación de alimentos fortificados. Consiste en aumentar de forma artificial la cantidad de folatos contenida en los alimentos. Se han  empleado sobre todo en cereales, pan y leche. En países como Canadá, EEUU y Chile  la fortificación de alimentos ha supuesto un descenso de la prevalencia de los defectos del tubo neural entre un 30 y un 50 por ciento. Esta política puede ser muy útil en países con situaciones económicas difíciles. Existen estudios que defienden que las concentraciones de fólico que se obtienen son las mismas, ya sea por la administración de suplementos o por ingesta de alimentos fortificados.
  • Realizar campañas de educación sanitaria, lo que significa promover la concienciación ciudadana en materia de preembarazo.

Recomendaciones en España

El programa de suplementación preconcepcional comenzó de forma oficial en España en 2001. La recomendación es de 0.4 miligramos de ácido fólico en mujeres de bajo riesgo y 4 miligramos en población de alto riesgo. En nuestro país no se lleva a cabo una política de educación sanitaria al respecto. Se han realizado algunas campañas informativas sobre la preparación del embarazo en atención primaria, cuya efectividad ha sido limitada, ya que en un estudio publicado por la investigadora Martínez-Frías en 2008 confirma que en España la toma preconcepcional -antes del embarazo- de ácido fólico la cumplen menos del 5 por ciento de las mujeres.

Saber el estado nutricional de la embarazada

Más del 50 por ciento de los embarazos no son planificados. Las intervenciones sobre la nutrición para mujeres, que son o pueden llegar a ser gestantes, son de gran importancia si se desarrollan de manera previa a la concepción y durante las primeras 12 semanas de la gestación. Una dieta saludable es importante tanto para la madre como para el feto, durante el embarazo, como para el recién nacido, tras el nacimiento. Sin embargo, el 39 por ciento de la población perteneciente a grupos desfavorecidos no presenta una ingesta suficiente de nutrientes mediante la comida por déficit económico. Y las mujeres que presentan sobrepeso u obesidad antes de la concepción, tienen más complicaciones durante el embarazo y el parto. Uno de las principales reformas que se debe intentar promover es la instauración de dietas saludables tanto en mujeres como en niños y familias, mediante un cambio en su cultura alimentaria.

 

cítricos

Las medidas que se deberían llevar a cabo son:  

  • En las primeras consultas con el obstetra, hay que revisar la dieta realizada por la gestante  y sus los hábitos dietéticos. Objetivo: encontrar los posibles fallos y ofrecer ideas más saludables.
  • Ofrecer una correcta información de los beneficios de una dieta saludable, aconsejando la práctica de cinco raciones de fruta y verduras al día.
Miriam de la Puente y Diana Cuenca Gómez
Servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital Clínico San Carlos (Madrid)