Embrión y feto: Cómo les afectan los fármacos y tóxicos

Las infecciones también pueden ser nocivas

El frágil embrión se transforma en feto a partir de la semana 8 del embarazo. Ya se ha producido la formación de los órganos (organogénesis) y la placenta puede alimentar al bebé, dándole cobijo hasta el final de la gestación. Hay ciertos fármacos, tóxicos (como el alcohol y el tabaco) e infecciones que pueden afectar al desarrollo fetal en esta etapa tan vulnerable del embarazo.

Embrión, feto y tóxicos

Qué tóxicos hay que evitar en el embarazo


  • Tetraciclinas. El médico no prescribe estos fármacos a embarazadas para evitar el riesgo de que se vea afectado el desarrollo de los huesos del niño y de su esmalte dental.
  • Aspirina. No es seguro tomarla durante el embarazo, sobre todo durante el primer trimestre, porque incrementa el riesgo de hemorragia en la embarazada y el bebé.
  • Warfarina.  Esta sustancia es capaz de atravesar la barrera placentaria y provocar hemorragia en el bebé que se está gestando. Su consumo está asociado a aborto espontáneo, muerte fetal y nacimiento prematuro. También puede causar malformaciones fetales.
  • Etanol. Está presente en las bebidas alcohólicas y es uno de los tóxicos más potentes que afectan al embrión y al feto. También atraviesa la placenta y afecta gravemente al diminuto embrión o al feto, aunque sea poca cantidad de alcohol para la madre. Puede producir malformaciones, retraso del crecimiento uterino y problemas cognitivos en la infancia, así como el síndrome alcohólico fetal.
  • Plomo. Hay que evitar estar en contacto con esta sustancia en la gestación. Podemos encontrar plomo en algunas pinturas y esmaltes, así como barnices o productos de carpintería y restauración.
  • Metilmercurio. Los pescados de gran tamaño son los que más acumulan este tóxico, el metilmercurio. No por ello has de prescindir del pescado, tan rico en nutrientes y omega 3. Lo ideal es tomar los de tamaño pequeño y mediano, más saludables para las embarazadas.
  • Diethylstilbestrol. Se trata de un tipo de hormona femenina que se ha utilizado hasta los años 70 y 80 -según los países- para prevenir complicaciones del embarazo. Se ha descubierto que incrementa en las madres el riesgo de padecer posteriormente una clase de cáncer de vagina, de cuello del útero y de mama. También puede afectar a la salud de los bebés nacidos bajo la acción de este tóxico, reduciendo, por ejemplo, su fertilidad futura.

Maduración de los órganos


  • Habrá mal funcionamiento de la placenta y bebé con bajo peso si se producen infecciones como el paludismo y tuberculosis. La razón es que se limita el alimento que le llega al feto desde la placenta. Además, existe un riesgo mayor de parto prematuro.
  • Los tóxicos también pueden afectar a la maduración de los órganos y tejidos en el periodo fetal. Puede verse afectado el sistema nervioso central y los órganos reproductores del bebé. Esta merma de la fertilidad se detecta muchos después del nacimiento.
  • A partir de la semana 26 de embarazo empiezan a completarse las funciones orgánicas del niño, para permitir que éste pueda vivir fuera del útero. En la semana 36, aunque la maduración completa de todos los órganos no se ha producido todavía, sí se considera que el bebé es viable en caso de parto antes de la fecha prevista.
  • Por ejemplo, en la semana 26 de la gestación se desarrolla el oído. La mayor parte de las estructuras físicas del oído se forman en torno a esta fase de gestación. Por eso, la exposición a tóxicos en ese periodo puede afectar a la capacidad auditiva del bebé.
  • Es más raro que los bebés expuestos a la nicotina sufran malformaciones graves. Los investigadores han relacionado el tabaquismo de la madre con bebés de bajo peso y partos antes de tiempo.

 

Cómo lograr el desarrollo óptimo


  • Fármacos. Consultar todas las interacciones de los fármacos en el embarazo para no interferir en el buen desarrollo del bebé. Tu médico adaptará todos los tratamientos que necesites a tu gestación.
  • Pescado, solo el seguro. En estos meses de gestación evita tomar pescados de gran tamaño no recomendados en el embarazo, como por ejemplo el atún, por su alto contenido en metilmercurio.
  • Cuidado con los rayos X. Si tienes dudas razonables sobre un posible embarazo, hazte un test de gestación antes de someterte a una prueba de rayos X o medicina nuclear (gammagrafía, resonancia magnética, TAC…). Por supuesto, avisa en la consulta antes de la realización de cualquiera de estas pruebas si crees que puedes estar esperando un bebé.
  • Vitaminas. Toma a diario tu suplemento de ácido fólico y yodo para ayudar al correcto desarrollo del niño que esperas. Si sigues una rutina, nunca se te olvidará: por la mañana o en la comida principal del día, acompañado de agua o un zumo que te guste.
  • Consigue tu "Hoja Verde". Completa este test de salud medioambiental diseñado por expertos. Puede ayudarte a preparar tu gestación y, si ya estás embarazada, brindarte todas las recomendaciones de salud, adaptadas a tu situación, para un correcto desarrollo del bebé.

 

Con información de los doctores Juan Antonio Ortega, Carmen Cánovas Conesa, Esther Tobarra Sánchez, Juan L. Delgado Marín, Jesús Álvarez del Castillo y Offie Soldin
Hospital Clínico Universitario Virgen de la Arrixaca (Murcia) y Georgetown University Medical Center (EE.UU.)