Ácido fólico: el amigo del embarazo y la fertilidad
Lo ideal es tomarlo tres meses antes de la concepción
Desde hace décadas se conoce la función de la vitamina B9 o ácido fólico para prevenir los defectos del tubo neural en el feto, como la espina bífida. Los últimos estudios sobre esta vitamina insiste en esta función y en su influencia para que el embarazo prosiga sin contratiempos. Además, las últimas investigaciones afirman que bajos niveles de ácido fólico pueden afectar a la fertilidad de la mujer.
Previene los defectos del tubo neural
Hacia la sexta semana tras la concepción se produce el cierre del tubo neural del bebé, que apenas mide unos seis milímetros y tiene forma de habichuela. Que este proceso se desarrolle sin contratiempos va a ser crucial para la vida futura del nuevo ser. Los defectos del tubo neural se producen cuando ese cierre no se produce correctamente y puede tener lugar en el cerebro, provocando anencefalia que es ausencia parcial o total del cerebro, o en la columna vertebral causando espina bífida.
Numerosos estudios a lo largo de las últimas décadas han certificado que para prevenirlos, que la madre cuente con unos niveles adecuados de ácido fólico es fundamental. Uno de los más completos fue un ensayo clínico multicéntrico aleatorizado del “United Kingdom Medical Research Council”. Tras estudiar a 1.195 embarazos, se encontró que el suplemento con 400 microgramos al día de ácido fólico reducía la recurrencia de los defectos del tubo neural en un 72%.
Embarazada: 400 microgramos de ácido fólico al día
“El ácido fólico es una vitamina esencial que forma parte del complejo B, que se encuentra en las verduras de hojas verdes, en los cereales integrales, pero tiene un problema que se destruye muy fácilmente con el calor”, nos comenta el doctor Federico Hawkins, jefe del servicio de endocrinología del Hospital Universitario 12 de Octubre, de Madrid. Durante el embarazo las necesidades de ácido fólico se duplican ya que es interviene directamente en la producción y el mantenimiento de células nuevas, de tal forma que si una mujer no gestante precisa 200 microgramos al día, durante la gestación ascienden a 400 microgramos.
Pero incluso según el doctor Federico Hawkins los estudios realizados en los dos últimos años afirman que habría que aumentar a 800 microgramos. Son cantidades que incluso con la dieta más equilibrada y sana son difíciles conseguir. Por eso se recomienda la ingesta de suplementos farmacológicos. Lo ideal es tomarlos tres meses antes de quedarse embarazada, pero lo cierto es que es imposible saber a partir de qué momento se va a producir la concepción.
Por ese motivo, los expertos siempre recomiendan que la mujer los incorpore a su rutina diaria desde que toma la decisión de querer ser madre, incluso antes de abandonar el método anticonceptivo. De esta forma se consigue que cuando el óvulo y el espermatozoide se unan y comienza a crearse un nuevo ser el organismo de materno tenga unas buenas reservas. Como ya te hemos dicho, el cierre del tubo neural ocurre en la sexta semana de embarazo… es decir, a las cuatro semanas de la concepción, cuando la mujer empieza a sospechar que quizá la ausencia de regla se debe a un embarazo o experimente otros síntomas de embarazo. Si para entonces empieza a tomar los suplementos de ácido fólico, ya es demasiado tarde para prevenir los defectos del tubo neural.
Ácido fólico: sirve para algo más
Pero los últimos estudios afirman que bajos niveles de ácido fólico pueden influir en la posibilidad de quedarse embarazada. En 2008 se realizó un estudio en Estados Unidos con 18.000 mujeres en el que se vio que deficiencias de ácido fólico se relacionaban con esterilidad, “por no producir óvulos, pero cuando las mujeres tomaban ácido fólico el riesgo se reducía un 50%”, señala el doctor Federico Hawkins.
Por otra parte, según el experto otras investigaciones “han demostrado que mujeres con mayores ingestas de ácido fólico tienen más tendencia a concebir gemelos idénticos”. También un estudio realizado en 2009 “en mujeres que se estaban sometiendo a tratamiento de Fecundación In Vitro descubrió que aquellas que tenían un nivel de ácido fólico aumentado en el líquido folicular tenían más posibilidades de conseguir un embarazo”, nos comenta el doctor Hawkins.
Otro aspecto que se está estudiando ahora es el papel de los folatos en la prevención del aborto espontáneo. “El ácido fólico normaliza los niveles de homocisteína”, afirma. Este aminoácido cuando se encuentra muy elevado se relaciona con problemas de coagulación y trombosis, y en el embarazo se asocia con los abortos de repetición, pues un mal riego sanguíneo en el útero puede provocar que se detenga el desarrollo del bebé.
¿Qué son los folatos?
La vitamina B9 se le conoce con el nombre de ácido fólico o folatos. La palabra folatos procede del latín y significa hoja, y se debe a que se encuentra sobre todo en las verduras de hoja verde, como las espinacas, las acelgas o la lechuga, pero también lo encontramos en vísceras como el hígado y el riñón; y en frutas como plátanos, lima y piña, y en los cereales integrales. A pesar de su alta presencia en nuestra alimentación, es relativamente fácil, en determinadas condiciones, que se produzca un déficit ya que es una vitamina muy sensible al calor y al contacto con la luz y el oxígeno. Por ello, la cocción prolongada (vapor, horno, hervido o fritura), destruye el 80% del contenido en folatos de los alimentos.