Ácido fólico: lo que debes saber
Por qué es tan necesario en el embarazo y en la lactancia
Contar con unos buenos niveles de ácido fólico o vitamina B9 antes del embarazo ha demostrado en muchos estudios científicos que previene los defectos del tubo neural, como la espina bífida. Y por eso, todos los ginecólogos recetan suplementos meses antes del embarazo, en concreto, desde el momento que la mujer decide abandonar los métodos anticonceptivos e intentar ser madre.
Pero la misión del ácido fólico no acaba en las primeras semanas del embarazo, que es cuando se forma el tubo neural. Sus beneficios se extienden a lo largo de la gestación y en la lactancia. Por ejemplo, interviene en la formación del cerebro del feto y del niño (hasta que no cumple dos años no finaliza su completo desarrollo). También influye en los neurotransmisores maternos, como la serotonina, y por lo tanto en el estado de ánimo tanto en la gestación como en el posparto.
El organismo humano no puede producir ácido fólico. La única forma de conseguirlo es a través de la dieta. Pero como las cantidades que la mujer debería ingerir de este nutriente en el embarazo están aumentadas, es muy difícil obtenerlas solo por medio de la alimentación. Por eso son necesarios los suplementos.
En la siguientes páginas, te contamos todo lo que necesitas saber sobre esta vitamina tan necesaria para el desarrollo óptimo de tu hijo mientras se forma dentro de tu útero y una vez que ya ha nacido.