Tipos de placenta: órgano vital con "fecha de caducidad"

Tiene una gran actividad metabólica y endocrina

Sin placenta no hay embarazo viable.  Este órgano tan especial, el único del cuerpo humano con “fecha de caducidad”, es vital para el desarrollo del feto y para la protección del embarazo. Pero también tiene una misión importante en el momento del parto.  Descubrimos los secretos de la placenta con la ayuda de Mª Ángeles Serrano García, catedrática de Bioquímica y Biología Molecular en la Facultad de Medicina de la Universidad de Salamanca. 

¿Cómo se forma la placenta humana y cuál es su composición?


El óvulo fecundado por el espermatozoide, el embrión, empieza a dividirse y cuando alcanza 16 células se llama blastocisto que es el que invade el endometrio (mucosa que recubre el interior del útero), dando lugar a la formación de la placenta. La unidad funcional de la placenta es la vellosidad coriónica. Cada vellosidad contiene en su interior vasos sanguíneos fetales y está rodeada de sangre materna, siendo a este nivel donde se realizan los intercambios nutritivos y metabólicos materno-fetales y donde reside la barrera placentaria formada por un tipo celular denominado trofoblasto que separa la sangre materna de la sangre fetal. La placenta tiene una alta actividad metabólica y endocrina (hormonal) por lo que contiene moléculas de todo tipo de naturaleza química.

Angeles Serrano Garcia

¿Cuáles son las funciones de la placenta en el embarazo, parto y posparto?


placenta

La placenta tiene durante el embarazo:   

  • Funciones nutritivas para el desarrollo del feto
  • Funciones endocrinas, ya que sintetiza hormonas de diferente naturaleza química.
  • Funciones protectoras, porque permite el paso de unos anticuerpos de la madre al feto, posee mecanismos para prevenir al feto de daños oxidativos, el ataque de compuestos tóxicos, tanto endógenos como exógenos, y previene el paso de cortisol hasta el final de la gestación, impidiendo alteraciones en el desarrollo fetal.

En relación con el momento del parto existen evidencias de la existencia de un “reloj placentario”, que lo determina.

Este reloj depende del llamado Factor Liberador de Corticotropina o CRF. El CRF aumenta exponencialmente en la placenta hacia el final de la gestación. En el posparto, que se inicia tras la expulsión de la placenta (la fase placentaria dura 15 min) y finaliza unas dos horas después, acontecen los mecanismos de hemostasia de los vasos placentarios. Es un periodo clínico en el que se pueden producir graves fenómenos hemorrágicos, por lo que es vital su control.

La placenta es un órgano muy especial, con “fecha de caducidad”, ¿qué curiosidades puede contarnos sobre ella (tamaño, peso, forma…)?


Pueden existir distintas anomalías en la placenta que pueden tener distintas consecuencias para el desarrollo del embarazo, la madre o el feto. En este sentido podemos hablar de:

  • Placenta grande

    En ciertos casos puede pesar el 50 por ciento del feto y se dan en casos de eritoblastosis fetal (enfermedad que desarrolla el recién nacido se puede presentar cuando la madre y el feto tienen grupos sanguíneos diferentes). El término medio de una placenta sana se sitúa en torno a 500 gramos de peso.
  • Placentas pequeñas

    El tamaño pequeño del órgano conduce a insuficiencia placentaria.
  • Placenta de raqueta

    Tiene inserción marginal del cordón umbilical, en un extremo de la placenta, no en el medio, como suele suceder.
  • Placenta adherente

    Es la placenta que queda retenida y causa hemorragias.
  • Placenta previa

    Se produce cuando este órgano se implanta sobre el orificio cervical interno obstruyendo la salida del útero.
  • Placenta succenturiata

    Cuenta con lóbulos accesorios a la membrana que puede causar hemorragia grave posparto; sucede en el 3 por ciento de los casos.
  • Placenta difusa

    El órgano tiene estructura membranosa delgada de difícil extracción manual.
  • Placenta circunvalada

    Es una alteración en la morfología placentaria caracterizada por la unión de las membranas, depresión central con una zona anular blanquecina engrosada. Predispone al sangrado en el segundo trimestre, desprendimiento placentario y muerte perinatal.
  • Calcificación de la placenta

    Se trata de alteraciones degenerativas de dicho órgano.
  • Placenta bilobulada

    La placenta está dividida en dos lóbulos separados unidos por vasos y por membranas. Las tendencia a la retención de un lóbulo tras el parto puede acarrear complicaciones hemorrágicas; sucede en uno de cada 350 embarazos.
  • Placenta fenestrada

    Se da cuando falta una porción central de la placenta.
  • Placenta acreta, percreta o increta

    Distinto nivel de penetración de la placenta más allá de la superficie endometrial hacia la pared muscular (dificultades para el desprendimiento de la placenta).
  • Mola hidatiforme

    Es una anomalía del desarrollo de la placenta no frecuente: uno de cada 2.000 embarazos y se considera una neoplasia trofoblástica benigna.
  • Coriocarcinoma

    Se trata de un tumor maligno del trofoblasto que rara vez puede coexistir con la gestación.

 

 

Carmen Arnanz
Redactora experta en Salud