4 Curiosidades de la implantación del embrión

La implantación en el útero debe ocurrir en unos días concretos del ciclo

La implantación es uno de los momentos más mágicos del embarazo: cuando el embrión, que en unos meses será un rollizo bebé, se fusiona con su mamá. A partir de ese momento ambos, madre e hijo, son un todo hasta que empiece el parto. Con la ayuda de la Dra. Alexandra Izquierdo, Directora Médica de Eugin Madrid, vamos a descubrir algunas de las curiosidades que tiene este momento tan especial.

Curiosidades de la implantación del embrión

1 La implantación no se produce nada más ocurrir la fecundación

Tras la fecundación  y durante unos días, el embrión viaja “por libre” en el aparato reproductor de la madre. En una fecundación natural, el óvulo se encuentra con el espermatozoide en las trompas de Falopio. Después de este mágico encuentro, la nueva célula se divide y se transforma en una mórula. Al mismo tiempo, durante 4 días viaja sola por las trompas de Falopio hasta llegar al útero. Al quinto día se transforma un blastocisto, un embrión con unas 200 células y dos estructuras celulares diferenciadas: un grupo de células internas que será el bebé y el trofoectodermo que será la placenta. Es entonces cuando ocurre la implantación: entre 5 y 8 días después.

2 En la implantación, embrión y endometrio tienen que estar sincronizados

La implantación  es un milagro de sincronización. Hay unos días en los que el endometrio se encuentra en el momento más propicio para que el embrión se “enchanche”. Es lo que se conoce como la ventana de implantación.

Lo normal es que esos días coincidan con el desarrollo del blastocisto. Pero no siempre es así y a veces el endometrio está “listo” para la implantación unos días antes o después de que el embrión sea un blastocisto. Es decir, embrión y endometrio no están sincronizados. Entonces se habla de ventana de implantación desplazada

¿Qué es la ventana de implantación desplazada?

“La ventana de implantación desplazada es una asincronía entre la evolución del embrión y el momento en el que el útero va a poder aceptarlo para que se implante. Para ajustar ambos procesos, a veces se tiene que recurrir a técnicas y tratamientos. Puede ser una causa de infertilidad y el origen de que algunas mujeres no logren el embarazo, sobre todo en los  tratamientos de reproducción asistida. Con la concepción natural, hay más tiempo para que se produzca la implantación. Pero en los tratamientos de reproducción asistida realizamos la transferencia del embrión en días muy precisos y para tener éxito necesitamos que la máxima receptividad del endometrio se produzca en un momento determinado e identificarlo. Hay pruebas que intentan reconocer la ventana de implantación: con una biopsia del endometrio en ciclos previos al tratamiento se puede determinar el periodo de tiempo óptimo de receptividad del útero. En pacientes con fallos de tratamiento, este estudio puede ayudarnos a realizar una transferencia con más información”.

Dra. Alexandra Izquierdo, Directora Médica de la clínica de fertilidad Eugin Madrid

La implantación del embrión en el útero

3 La implantación en el endometrio va por fases

El proceso de la implantación ocurre en varias fases. “La primera es la toma de contacto del embrión con la capa superficial del endometrio que puede ser en cualquier parte del útero, pero lo más frecuente es que ocurra en el tercio superior uterino. Luego, empieza la fase de invasión: el embrión invade las capas intermedias del endometrio. Por último, se sumerge completamente en el endometrio y establece ese contacto íntimo con los tejidos vasculares maternos para continuar su desarrollo”, comenta la Dra. Alexandra Izquierdo.

4 La implantación depende de dos hormonas

Hay dos hormonas básicas en este acontecimiento: los estrógenos y la progesterona.

  • Los estrógenos se encargan de hacer crecer el endometrio y que tenga el espesor necesario para que el embrión pueda anidar en él. Eso ocurre en la primera fase del ciclo menstrual.
  • La progesterona convierte el endometrio en un órgano secretor y favorece la aparición de determinados mediadores moleculares que son los que van a permitir que el embrión se implante.

Ambas son imprescindibles. “Si solo tengo progesterona o solo tengo estrógenos o tengo ambas en una combinación o un ritmo inadecuado, el endometrio no será receptivo. Se necesitan estas dos hormonas en la dosis necesaria y con la cadencia y el orden adecuados para que el resultado final sea el endometrio receptivo”, afirma la directora médica de la Clínica Eugin en Madrid.

Caridad Ruiz
Redactora experta en salud