Tengo gato y estoy embarazada, ¿es peligroso para mi bebé?

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embarazada y gato
14 Ene 2014

Estás embarazada y has ido a la primera revisión con tu ginecólogo. Ya tiene los resultados de tu analítica: te comenta que no has pasado la toxoplasmosis. Comienzas a preocuparte, ya que sabes que si te contagias durante el embarazo, puede ser muy grave para tu bebé. Y además tienes gato en casa, ese animal de compañía que tanto has querido, con el que tanto tiempo y amor has compartido, pero que ahora se convierte en un peligro para la salud de tu bebé por el riesgo que tiene de contagiarte la toxoplasmosis. Vamos a ver cuánto de verdad tiene esta afirmación:

  • La toxoplasmosis es una zoonosis, es decir una enfermedad que contagian los animales a los seres humanos. Pero en contra de lo que la gente piensa, es mucho más frecuente la contaminación a través de la ingesta de los alimentos poco cocinados o con escasa limpieza que a través del contacto directo con los gatos o felinos.
  • La toxoplasmosis va transmitiéndose entre diferentes especies animales. Se encuentra en la tierra, hasta que consigue contagiar y vivir definitivamente en un felino, como puede ser el gato.
  • Los gatos domésticos, en su gran mayoría no se encuentran contagiados por toxoplasmosis. Esto se debe a que son gatos que no tienen excesivo contacto con otros animales, que no comen carne cruda y que están alimentados con piensos especiales o carne cocinada.

Evita manipular el arenero y las heces del gato
En el caso de que un gato se infecte por toxoplasma al cazar animales y comérselos, expulsará los huevos de este protozoo durante tan sólo un mes tras el contagio. Estos huevos deben de estar expuestos a la luz durante 48 horas para ser a su vez contagiosos. Es durante este periodo cuando un ser humano tiene riesgo de contagiarse por toxoplasma y por lo tanto cuando las mujeres gestantes tienen riesgo de transmitirlo a través de la placenta a su futuro hijo. La vía de contagio siempre será a través de las heces del gato, y es imposible un contagio a través de la piel o con el simple contacto.

Si hemos entendido eso, no tenemos por qué recluir a nuestro gato durante el embarazo, pero sí debemos evitar la manipulación del arenero, donde se encuentran las heces de nuestro gato, que son la principal fuente de contagio de este protozoo.

Además, existen test de venta en veterinarios y tiendas especializadas, que detectan de forma inocua para el animal si tu gato está contagiado de toxoplasmosis, y si existe riesgo de contaminarte. Es una opción para aquellas mujeres que a pesar de todas estas explicaciones, requieren una seguridad al cien por ciento.