¿Por qué duelen las costillas en el embarazo?

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29 Abr 2025

El embarazo es una etapa de grandes cambios en el cuerpo de la mujer. A medida que el bebé crece y el útero se expande, es normal experimentar diversas molestias, entre ellas, molestias o dolor en la zona de las costillas. Esta puede generar incomodidad e incluso interferir con el descanso y la calidad de vida si el grado de afectación es grande. Te contamos a qué puede deberse el dolor en las costillas en el embarazo, y consejos para aliviarlo o evitarlo.

¿Por qué duelen las costillas durante el embarazo?

El dolor en la zona de las costillas durante el embarazo puede deberse a varias causas, principalmente relacionadas con los cambios físicos y hormonales que se producen en esta etapa. Algunas de las razones más comunes incluyen:

  • Expansión del útero: A medida que el útero (y con él, tu tripa o barriga) crece por el propio crecimiento del bebé en desarrollo, va ejerciendo presión sobre los órganos cercanos. Principalmente suele afectar al aparato digestivo en las etapas iniciales del embarazo, pero conforme avanza la gestación puede afectar también a las costillas y el diafragma. Esta presión puede causar dolor, especialmente en el tercer trimestre.
  • Cambios hormonales: Durante el embarazo, el cuerpo produce la hormona relaxina, que ayuda a aflojar los ligamentos y las articulaciones para preparar el cuerpo para el parto. Aunque su función principal se ejerce a nivel de la pelvis, también puede hacer que los ligamentos de las costillas se vuelvan más flexibles y ocasionen una mayor movilidad que provoque molestias.
  • Posición del bebé: En ocasiones, los cambios posturales del bebé y sus patadas pueden ocasionar molestias en diferentes partes del cuerpo, como por ejemplo a nivel de las costillas o la parte alta del abdomen.
  • Aumento de peso y cambios posturales: El aumento de peso y el desplazamiento del centro de gravedad pueden hacer que la postura cambie, ejerciendo mayor presión sobre la parte superior del abdomen y la caja torácica.
  • Problemas digestivos: La acidez estomacal o ardores y el reflujo gástrico son comunes durante el embarazo y pueden provocar dolor en la parte superior del abdomen, que se siente como una molestia en las costillas o a nivel del pecho.
  • Inflamación de los cartílagos costales (costocondritis): En algunos casos, la inflamación de los cartílagos que conectan las costillas con el esternón puede generar un dolor agudo y localizado en la zona torácica.
  • Neuritis intercostal: La neuritis intercostal es la inflamación de los nervios intercostales, que recorren el espacio entre las costillas. En el embarazo, esta afección puede deberse a varios factores, como la presión del útero en crecimiento o por los cambios posturales previamente descritos. Durante el embarazo, hay un aumento del volumen de líquidos y cierta predisposición a la inflamación generalizada, lo que puede afectar también a los nervios intercostales.

¿Cómo aliviar el dolor en las costillas durante el embarazo?

Afortunadamente, existen diversas estrategias que pueden ayudar a reducir la incomodidad y mejorar el bienestar de la futura mamá. Aquí te dejamos algunas recomendaciones:

Adoptar una buena postura

  • Mantener la espalda recta y los hombros relajados.
  • Utilizar una silla con buen soporte lumbar.
  • Evitar encorvarse o estar mucho tiempo en la misma posición.

Practicar ejercicios de estiramiento

Realizar ejercicios suaves de estiramiento puede ayudar a reducir la rigidez y aliviar la presión en la zona torácica.

  • Haz inclinaciones laterales suaves para estirar la zona costal.
  • Los ejercicios de respiración profunda ayudan a relajar el diafragma y mejorar la oxigenación.

Aplicar calor o frío en la zona

El uso de una almohadilla térmica o una compresa fría puede proporcionar alivio temporal al dolor en las costillas. Se recomienda:

  • Aplicar calor moderado durante 15-20 minutos.
  • Alternar con compresas frías si la inflamación es significativa.

Utilizar ropa cómoda

La ropa ajustada, como sujetadores con varillas o prendas muy apretadas, puede aumentar la presión sobre las costillas y empeorar la molestia. Se recomienda optar por sujetadores de maternidad sin aros y con buen soporte, combinados con ropa holgada y transpirable.

Dormir en una posición cómoda

El dolor en las costillas puede intensificarse al dormir, por lo que es importante adoptar una postura adecuada:

  • Dormir de lado, preferiblemente sobre el lado izquierdo, para mejorar la circulación.
  • Utilizar almohadas de apoyo, como cojines de maternidad, para reducir la presión en la zona torácica.
  • Realizar un correcto descanso nocturno de 7-8 horas.

Masajes y fisioterapia

Un masaje suave en la zona afectada puede ayudar a relajar los músculos y mejorar la circulación. Además, la fisioterapia especializada en embarazo puede proporcionar técnicas específicas para aliviar el dolor.

Controlar la alimentación

Si el dolor en las costillas está relacionado con problemas digestivos, se recomienda:

  • Evitar comidas copiosas y alimentos irritantes, como fritos, picantes y cafeína.
  • Comer porciones pequeñas y frecuentes.
  • No acostarse inmediatamente después de comer.

Realizar actividad física moderada

El ejercicio durante el embarazo, como el yoga prenatal o la natación, puede mejorar la postura y reducir la presión sobre las costillas. Es importante consultar con un profesional antes de iniciar cualquier rutina de ejercicios.

¿Cuándo acudir al médico?

Aunque el dolor en las costillas suele ser una molestia normal del embarazo, en algunos casos puede ser señal de un problema más serio. Se recomienda consultar con un médico si:

  • El dolor es intenso y no mejora con las medidas mencionadas.
  • Se acompaña de dificultad para respirar o dolor en el pecho.
  • Hay hinchazón en una sola pierna o sensación de falta de aire.
  • Se presentan síntomas de infección, como fiebre o enrojecimiento en la zona dolorida.

El dolor en las costillas durante el embarazo es una molestia común que puede deberse a diversos factores, como el crecimiento del útero, la posición del bebé o los cambios hormonales. Aunque puede resultar incómodo, existen muchas estrategias para aliviarlo, desde mantener una buena postura hasta realizar ejercicios suaves y utilizar ropa adecuada. Si el dolor es intenso o persistente, es fundamental consultar con un especialista para descartar posibles complicaciones. Con los cuidados adecuados, es posible reducir la incomodidad y disfrutar de esta etapa con mayor bienestar.

Virginia González González
Ginecóloga en Sanitas y Hospitales Quiron