Alimentos para la fertilidad si sufres endometriosis

La endometriosis es una enfermedad inflamatoria crónica hormono-dependiente que puede evolucionar y manifestarse de muchas formas: en ocasiones es un hallazgo casual pero, en otras, produce fuerte dolores a las mujeres durante la menstruación, lo que se llama dismenorrea. A veces el dolor surge en cualquier momento del ciclo y que puede llegar a incapacitar a la paciente de forma muy importante.

Endometriosis o tejido endometrial fuera de su sitio

Afecta a muchas mujeres: entre un 5-15% de las féminas en edad fértil puede padecerla. En algunas de ellas, la endometriosis podrá afectar a su fertilidad, ya que esta enfermedad consiste en la aparición de tejido endometrial (el que sufre la menstruación cada mes) fuera de su sitio. Lo más frecuente es que dicho tejido aparezca en la pelvis (ovarios, trompa o peritoneo), pero también puede hacerlo en otras partes del cuerpo, como cicatrices previas o diafragma.

Varios trabajos han relacionado el alto consumo de frutas y verduras con un menor riesgo de desarrollar endometriosis. Así que la recomendación de comer cinco piezas de frutas y verduras al día se cumple también en estas pacientes.

Vitamina C y ácido cítrico, menos riesgo 

Esto es especialmente relevante en cuanto a las frutas cítricas: consumir al menos una pieza al día puede llegar a disminuir el riesgo hasta en un 22%.  Este tipo de frutas poseen un alto contenido en vitamina C y ácido cítrico, el cual les proporciona ese sabor ácido tan característico. Así que intensifica tus menús con frutas como la naranja, el limón, el pomelo, la mandarina, etc.

Otra sustancia que nos puede ayudar es la beta-cryptoxantina.  Aparece de forma natural en algunos alimentos como verduras y frutas en las zonas del amarillo del melón, melocotones, nectarinas, manzanas, maíz, papaya, las guayabas, las naranjas.​

Algunos trabajos han encontrado resultados contradictorios con respecto a las verduras crucíferas. Son verduras de la familia Brassicaceae con muchos géneros, como la coliflor, repollo, col rizada, berro de jardín, bok choy, brócoli, coles de Bruselas y verduras de hoja verde similares. Se consideran antiinflamatorias, antioxidantes y anticancerígenas.

Otros trabajos no confirman estos hallazgos y recomiendan la ingesta de una dieta rica en verduras sobre todo de hoja verde, pues la mayoría de los estudios afirma que favorece a las pacientes con endometriosis.

No es recomendable  tener un consumo elevado de productos con aceite de palma (bollería industrial o dulces), ya que existe un riesgo cardiovascular y además puede aumentar el riesgo de desarrollar endometriosis.

Dónde están las grasas trans

Esto mismo ocurre con un alto consumo de grasas trans. Son ácidos grasos insaturados que se forman de forma industrial al convertir aceite líquido en grasa sólida (proceso llamado hidrogenación) para hacer que sean más estables y así aumenta el plazo de consumo y estabiliza el sabor de los alimentos. Se encuentra en congelados, margarinas, mantequillas, comida rápida. Se recomienda sustituirlo por aceite de oliva y evitar los productos procesados.

• En contraste, el consumo de los ácidos grasos omega 3 disminuye el riesgo de desarrollar endometriosis. Por cada 1% de energía proveniente de los ácidos grasos poliinsaturados omega 3, y no de las grasas trans, disminuye el riesgo de endometriosis en casi un 50%.
• Los alimentos ricos en omega 3 son los frutos secos, pescado azul (salmón, atún , sardinas o arenques), algas, semillas... Parece que existe una  influencia positiva de los aceites de pescado en la disminución del riesgo de desarrollar endometriosis y reduce el desarrollo de adherencias postoperatorias relacionadas con la endometriosis.
• Te interesará saber que el dolor postoperatorio tras la cirugía de la endometriosis puede disminuir con la toma de los ácidos grasos poliinsaturados omega 3 y omega 6.

Tampoco es bueno que la dieta sea alta en grasas en general: ya que si supera el 45% de nuestra dieta diaria, esto puede ser perjudicial ya que aumenta la inflamación del cuerpo de forma generalizada, lo que empeoraría la endometriosis.

Toma menos carne roja

Un consumo elevado de carne roja (ternera, cerdo, etc), sobre todo procesada incrementa el riesgo de desarrollar endometriosis. Sustitúyela por carne blanca, pescado o huevos, pues éstos últimos no se han relacionado con un mayor riesgo de desarrollar esta enfermedad.

Menos consumo de soja o fitoestrógenos

También se ha estudiado la posible conexión de un alto consumo de soja o fitoestrógenos con la endometriosis, debido a su acción estrogénica. Algún trabajo sí que ha relacionado un alto nivel de isoflavonas en la orina con la presencia de endometriosis avanzada, pero no parece una relación clara.

El consumo general de leche y otros productos lácteos (mejor si son bajos en grasa) se relacionó con un menor riesgo de desarrollar endometriosis. Se recomienda un consumo de más de tres porciones de productos lácteos por día. Las mujeres que durante la adolescencia habían tomado una dieta rica en lácteos, tenían un 32 % menos de riesgo de desarrollar la enfermedad en la edad adulta. Así que ya sabes, nada denostar el consumo de lácteos: incorpora leche, yogures y quesos en tu dieta.

Lo mismo ocurre con la vitamina D. Se ha estudiado en varios trabajos  científicos que el tener unos niveles adecuados disminuía el riesgo de endometriosis. Así que exponte al sol 10-15 minutos sin protección (no en las horas dañinas) de forma diaria y luego ya échate protección o te retiras del mismo pues la mayor parte de la vitamina D proviene de la transformación que sufre gracias a la exposición solar. Hay alimentos ricos en esta vitamina: desde lácteos y cereales enriquecidos, así como los pescados grasos, la yema de huevo o las setas.

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En los últimos años, se ha relacionado la aparición de endometriosis con tener un flora no saludable, ya que parece que el ecosistema bacteriano vaginal y uterino en estas pacientes, está más frecuentemente alterado.  Aunque aún queda mucho por estudiar en este campo, sería recomendable tener una dieta rica en alimentos con probióticos y prebióticos: como la fibra, los encurtidos, fermentados, yogures, kéfir, etc.

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