La alimentación en el octavo mes de embarazo

¿Sigo necesitando el ácido fólico y el yodo?

Ácido fólico: si bien los suplementos de ácido fólico han demostrado su principal beneficio en el primer trimestre del embarazo por conseguir disminuir los defectos del tubo neural, la continuidad en su ingesta hasta el final del embarazo proporciona más ventajas. Si bajan los niveles de folato aumentan simultáneamente los de homocisteína, lo cual se ha asociado a complicaciones del embarazo como la preeclampsia o el desprendimiento de la placenta normalmente inserta. Los bajos niveles de folato también se han asociado al parto prematuro y a bajo peso al nacimiento, con las consecuencias que estas complicaciones suponen para el desarrollo físico y neurológico posterior. Además, estados carenciales en esta vitamina – a los que son más propensos las embarazadas - pueden causar ciertos tipos de anemia. Por todo ello, es recomendable hacer extensible la toma de ácido fólico hasta el final del embarazo y así lo contemplan la mayoría de las guías actuales.

Yodo: los beneficios de mantener unos adecuados niveles de yodo en la madre se extienden durante todo el embarazo y también al periodo de lactancia, ya que en ambas etapas la madre puede favorecer mediante la toma de suplementos adecuados de yodo el buen funcionamiento tiroideo del feto y el recién nacido, con las consecuencias favorables que esto tiene para el desarrollo neurológico. Por todo ello, las recomendaciones actuales en países que como el nuestro sufren de cierta carencia de este elemento es mantener los suplementos de yodo durante todo el embarazo y la lactancia materna.

La embarazada y su peso ideal

Controlar el peso durante el embarazo es fundamental para el buen desarrollo de tu hijo