¿Y si no logro dejar de fumar en el embarazo?
En la población adulta actual se calcula que aproximadamente el 25 por ciento de las mujeres en edad fértil son fumadoras. Por lo tanto, es un hecho extremadamente frecuente encontrar mujeres fumadoras que han quedado embarazadas de forma programada o no, y que no logran dejar el consumo durante la gestación. Lo que pretendemos es ayudar a toda futura madre encerrada en esa adicción al tabaco en su intento por disminuir su consumo y, finalmente, conseguir su abandono. Y decimos finalmente, porque la gestación es un momento en el que la mujer fumadora se plantea el abandono de este hábito pero que, con mucha frecuencia, retoma tras el parto. Debemos intentar evitar esta tendencia de volver a fumar, una vez se ha pasado el momento crítico en el que la mujer sabe que está perjudicando el desarrollo de su futuro bebé.
Los riesgos para el bebé de fumar embarazada
Lo primero es conocer los efectos que el tabaco puede tener sobre el desarrollo fetal: aumenta el riesgo de un feto con bajo peso hasta un 40 por ciento y este hecho va a ser directamente proporcional al número de cigarros consumidos al día; aumenta el riesgo de abruptio o desprendimiento de placenta , de rotura prematura de membranas, aborto espontáneo y muerte súbita en el recién nacido. Además, si deseas quedarte embarazada y eres fumadora, debes conocer que la tasa de embarazo o la posibilidad de quedar embarazada en cada ciclo menstrual disminuye drásticamente. La principal recomendación para una mujer fumadora sería el abandono del tabaco antes del embarazo. Para ello existen múltiples formas para conseguirlo que no son el fin de este blog. El apoyo psicológico, la terapia sustitutiva de nicotina y los fármacos como el bupropion son de gran ayuda cuando se toma esta decisión tan importante. A pesar de que la condición ideal sea abandonar su consumo previo a la gestación, cuando hemos conseguido el embarazo, aún fumando, debemos plantearnos medidas para abandonarlo. Están permitidos los sustitutivos de la nicotina, ya sean chicles, caramelos o parches sustitutivos pero, por el contrario, los fármacos que actúen sobre el sistema nervioso no son recomendables durante el embarazo. Por ello, fármacos clasificados como antidepresivos, muy eficaces en la deshabituación en mujeres adultas no pueden emplearse en las mujeres embarazadas. Y, ¿si el tabaco es malo para la gestación, por qué no lo son los parches o chicles de nicotina? Como todas sabéis, el tabaco presenta más de cien productos químicos en su composición, aunque la adicción depende principalmente de la nicotina. No se conoce exactamente cuáles de todos estos productos están implicados directamente en las alteraciones del desarrollo fetal.
Falso mito sobre tabaco y embarazo
En los estudios en los que se comparaban mujeres embarazadas que disminuyeron el consumo de tabaco durante la gestación frente a mujeres que consiguieron el abandono empleando sustitutivos de nicotina, se comprobó que los resultados obstétricos eran peores en las mujeres que mantenían el consumo que en las que lo habían sustituido por parches o chicles de nicotina. En este último grupo, se observaron también peores resultados que en el resto de la población gestante no fumadora. De estos datos se puede concluir que la nicotina afecta al desarrollo normal de un embarazo de forma negativa, pero también actúan otras sustancias contenidas en el mismo. Existe una falsa leyenda sobre si el abandono del tabaco produce mayor ansiedad en la embarazada que la disminución del consumo a mínimos indispensables: consumir poco pero disminuir la ansiedad materna. Todo lo contrario, los mayores beneficios siempre se obtendrán cuando se consigue un abandono completo, aunque ello produzca ansiedad en la gestante. Sí es cierto que la motivación y el sacrificio de una futura madre van a suponer los elementos principales y más relevantes para conseguir el objetivo: dejar de fumar para siempre.