Vitaminas contra el síndrome de piernas inquietas

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embarazo con problemas

Es común la aparición de sensaciones desagradables en las piernas en el tercer trimestre del embarazo, en la recta final. Estas molestias pueden ser percibidas por vosotras como un hormigueo, que en algunas ocasiones se hace doloroso y produce quemazón o frío en la zona afectada. También se puede sentir como si un insecto se dedicase toda la noche a caminar por encima de tus piernas.

La localización puede ser muy dispar. En algunas embarazadas sólo produce afectación de la zona de los gemelos, pantorrilla, mientras que en otras gestantes se extiende a los muslos, llegando incluso a afectar a la zona de los miembros superiores, los brazos.

Este fenómeno, conocido comúnmente como síndrome de las piernas inquietas, es un proceso neurológico. La causa de esta patología es todavía desconocida, en el 70 por ciento de las pacientes es un proceso casual, aunque se ha detectado cierto vínculo familiar. En los diferentes estudios se ha podido descubrir un patrón de transmisión genético autosómico dominante. Pero en el 30 por ciento restante, se ha observado una relación con una patología previa. Generalmente, estos procesos asociados, ocasionan un transporte deficitario de hierro al cerebro, originando una síntesis deficitaria de determinados neurotransmisores, tales como la dopamina.

Durante el embarazo se produce una disminución de los niveles de hierro en sangre, debido al incremento de los requerimientos del mismo. Esto puede desencadenar el proceso de piernas inquietas, al alterarse la síntesis de la dopamina.

Piernas inquietas, malos sueños
Los síntomas que acompañan a las molestias de los miembros inferiores en las gestantes, que tienen el síndrome de piernas inquietas, son: movimientos de las extremidades, inquietud motriz, empeoramiento nocturno de la clínica, al igual que con el reposo y, por el contrario, mejoría si existe actividad.

Todo ello desencadena una imposibilidad para conciliar el sueño, incluso de tener que deambular por la noche o frotar imperiosamente las piernas o girar y dar vueltas en la cama. Como consecuencia de toda esta clínica aparece un agotamiento generalizado durante el día, que impide la realización de la actividad de una embarazada, incluso una irritabilidad y un empeoramiento del estado anímico de la misma. Es decir, te encuentras cansada, enfadada, irritada, no puedes hacer todo lo que hacías antes de quedarte embarazada o al principio del embarazo, como consecuencia de que el descanso nocturno no es el adecuado.

¿Qué hacer, qué remedios se disponen en la práctica actual para mejorar este estado de malestar? En primer lugar, se deben adquirir unos hábitos de sueño adecuados, estableciendo horarios regulares e intentando cumplir las horas de sueño precisas. La realización de ejercicio físico moderado adecuado para la embarazada, permite que el descanso sea de mejor calidad. Esto, asociado al no consumo de cafeína, puede disminuir el cuadro de piernas inquietas.

Pero cuando todas estas medidas son pocas, se debe realizar un diagnóstico diferencial con otras patologías, como son los calambres nocturnos de las piernas (más frecuentes en personas de edad avanzada), trastornos de hiperactividad, neuropatías periféricas, alteraciones vasculares y valorar la medicación empleada, puesto que algunos fármacos pueden desencadenar como efecto secundario esta molestia.

Si todo lo anterior resulta negativo, en la consulta se tiene que solicitar una analítica completa, que nos permita la valoración de la sideremia, niveles de hierro en sangre, y el estado general de la gestante. El tratamiento con ácido fólico , hierro, magnesio y vitamina B12 , puede mejorar de manera importante, la clínica del síndrome de piernas inquietas de la gestante, mejorando así su calidad de vida y de sueño al final del embarazo.