Cómo es el embarazo FIV: todo el proceso, paso a paso
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Lo más habitual es que una pareja consulte por no quedarse embarazada cuando llevan al menos un año manteniendo relaciones sexuales frecuentes y no protegidas. El establecimiento de este tiempo no es arbitrario: se debe a que es el tiempo en el que pueden ocurrir el 80% de los embarazos espontáneos. Sin embargo, este tiempo puede oscilar en función de diferentes factores. Explicamos el proceso del embarazo por FIV paso a paso.
Cuándo consultar al especialista en Fertilidad
- Si existe alguna patología (actual o previa) del aparato genital en la mujer: endometriosis, quistes ováricos como teratomas, anomalías congénitas del útero, enfermedades infecciosas en el aparato genital interno como salpingitis, trastornos ovulatorios con ausencia de reglas...
- Si ha sido intervenida de las trompas de Falopio o de los ovarios.
- O si conoce cualquier otra circunstancia que pueda interferir en la posibilidad de quedarse embarazada, como enfermedades previas oncológicas para las que haya tenido que recibir quimioterapia.
En estos casos y en función de la edad de la mujer puede acortarse el tiempo recomendado en consultar con un especialista en Reproducción Asistida. Incluso si no existe patología conocida y la mujer es muy joven (y no le genera ansiedad la espera) puede incluso esperarse un poco más de un año.
Infertilidad maculina: paperas y quimioterapia
También pueden existir circunstancias relativas al varón que hagan recomendable informarse sin esperar un año completo, como cuando es conocedor de haber padecido parotiditis (las denominadas paperas) en la infancia, ya que esta infección puede tener efecto en la producción espermática o cuando ha recibido quimioterapia y desconoce la afectación seminal por la misma.
La edad, gran problema para el embarazo
Cada vez es más frecuente que se posponga la maternidad, y se sabe que la edad de la mujer es uno de los factores que más intervienen en la probabilidad de lograr un embarazo. Por eso, cada vez existe más implicación por parte de los ginecólogos generales en preguntar a las mujeres por sus deseos de ser madres, sobre todo a partir de los 35 años, para que estas mujeres pueden recibir un adecuado asesoramiento e información sobre la disminución de la reserva ovárica y la calidad ovocitaria con la edad: sobre todo a partir de los 37 años y de forma muy marcada a partir de los 40 años.
Así, aquellas mujeres alrededor de los 35 años y que deseen posponer el embarazo por la razón que sea, podrán ser informadas de la posibilidad de la vitrificación de ovocitos para ser utilizados si no consiguen el embarazo en el futuro.
Congelar óvulos no es garantía de embarazo
Es importante saber que la crioconservación de ovocitos no es una garantía de embarazo futuro, pero sí es una opción a poder utilizar los óvulos propios si más adelante se necesitan:
- Ya sea porque por la edad de la mujer avanzada no se consiga embarazo o no sea recomendable utilizar esos ovocitos.
- O porque hayan fracasado intentos de fecundación in vitro en esa mujer.
Embarazo FIV, pruebas y tratamientos
Cuando se consulta al ginecólogo general sobre el deseo de embarazo y que este no se produce, lo habitual es que éste haga a la mujer las siguientes pruebas:
- Un reconocimiento ginecológico general, incluyendo la realización de una citología cervicovaginal si no tiene una reciente.
- Una ecografía vaginal para descartar miomas o quistes ováricos que puedan dificultar el embarazo y es frecuente que si la mujer tiene más de 40 años en las clínicas de reproducción recomienden la realización de una mamografía antes de someterse a una estimulación hormonal.
- Si hay sintomatología específica la exploración y pruebas complementarias irán orientadas a cada caso concreto.
- El ginecólogo puede recomendar la utilización de complejos con mioinositol a las mujeres con trastornos ovulatorios, como ocurre en las que padecen síndrome de ovario poliquístico (SOP), ya que pueden ayudar a reestablecer las ovulaciones.
- Hay algunas de estas mujeres con SOP que padecen asociado a su síndrome sobrepeso, que será importante controlar y se les recomendará la disminución del peso con el fin de intentar lograr ciclos ovulatorios.
Abortos de repetición y pérdidas fetales
Cuando una mujer o una pareja acude a un centro especializado en Reproducción es importante saber que existen dos grupos de pacientes:
- Parejas heterosexuales que acuden por no lograr el embarazo en casa o que lo han logrado pero en las que se producen pérdidas fetales o abortos de repetición.
- Mujeres solas o en pareja con otra mujer que desean un embarazo pero no padecen un diagnóstico de esterilidad: estas mujeres tienen de base buen pronóstico sobre todo si son jóvenes y probablemente puedan lograr un embarazo con una inseminación artificial con semen de banco.
Una buena historia clínica, imprescindible
Realizar una completa historia clínica (o anamnesis) de la pareja es el comienzo de la consulta en las Unidades de Reproducción. Es muy importante ya que irá orientada a recabar toda la información médica que pueda tener relevancia en la consecución de un embarazo.
Y en esta entrevista se recogerá toda la información detallada relativa a ambos miembros de la pareja: desde antecedentes médicos o quirúrgicos previos, si alguno de ellos ha tenido hijos con otras parejas, si han existido episodios infecciosos de cualquier índole y si han recibido tratamiento... También se recogerá el consumo de tóxicos, y la cantidad, como tabaco, alcohol y drogas de abuso, ya que pueden interferir en el proceso reproductivo.
Otro aspecto a tener en cuenta es si la pareja ya ha sido sometida a algún tipo de tratamiento de reproducción asistida: qué tipo, la medicación y la dosis utilizada, cómo fue la respuesta ovárica y la calidad espermática, cuántos embriones hubo disponibles y en qué día y si con alguno de ellos se logró alguna prueba de embarazo positiva.
Cada caso es un mundo
Los tratamientos previos realizados ofrecen mucha información al equipo nuevo, tanto médico como de embriólogos, porque estos podrán considerar cambiar algo o añadir alguna técnica diferente en función de los resultados anteriores, así como realizar un mejor asesoramiento en el proceso de ayuda a la pareja a conseguir un embarazo.
Después del primer contacto con ambos miembros de la pareja o con la mujer en el caso de que sea un deseo de embarazo individual, es importante tener presente que no hay una única hoja de ruta para todos los casos. Por eso es tan crucial una buena historia clínica, que pondrá el punto de inicio a las pruebas que haya que solicitar.