Síntomas en el embarazo: malas digestiones

Cómo mejorar los problemas digestivos del embarazo: náuseas, gases, digestión pesada, ardor...

Es posible que incluso antes de hacerte el test de embarazo y de que diera positivo empezaras a notar algunas molestias digestivas. Hay mujeres que comienzan su embarazo con náuseas y vómitos… y lo terminan con vómitos, náuseas y ardor. En fin, que a veces la felicidad del embarazo se ve ensombrecida por una sensación similar a la de tener el estómago dado la vuelta.

Es normal que tu estómago proteste. A lo largo de 40 semanas, el espacio que antes ocupaba se reduce y reduce a medida que tu útero y tu bebé crecen y crecen. Al final de la gestación, todo tu sistema digestivo se encuentra “espachurrado". A esto hay que añadir, ¡cómo no! las hormonas, que  relajan los músculos del sistema digestivo, que repercuten en el proceso de la digestión.

Molestias digestivas en el embarazo

¿Son normales las molestias digestivas y la mala digestión en el embarazo?

“Durante la gestación, se producen una serie de cambios para adaptarse a las necesidades del bebé en crecimiento. Por un lado, las propias hormonas, como la progesterona, relajan los músculos del tracto gastrointestinal, lo que disminuye la motilidad y puede causar estreñimiento y acidez y digestiones más lentas. A medida que el bebé va creciendo, el útero puede ejercer presión sobre el estómago y el intestino, que a su vez también puede provocar ardor y dolor abdominal”

Dra. Cristina Carretero, experta de la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD)

Náuseas y vómitos


Levantarse con sensación de asco es uno de los primeros síntomas del embarazo. Casi siempre se queda en una incómoda náusea, aunque a veces se agravan hasta llegar al vómito. Entre un 50 y un 90 por ciento de las mujeres experimentan náuseas a lo largo del embrazo. Es decir, solo unas cuantas afortunadas se libran de ellas.

No se sabe muy bien por qué sucede, aunque se sospecha que puede deberse al aumento de una hormona en las primeras semanas del embarazo, la gonadotropina coriónica humana (HCG), la que detectan los tests de embarazo. Por eso suelen aparecer a partir de los 15 días, cuando los niveles de esta hormona empieza a crecer y en la mayoría de los casos, desaparecen alrededor del tercer trimestre, cuando desciende. Pero algunas en alguna futuras mamás pueden permanecer hasta el momento del parto.

“Las náuseas y vómitos son más frecuentes en el primer trimestre. Consulta con tu médico si persisten en el tiempo o si experimentas pérdida de peso o intolerancia oral".

Dra. Cristina Carretero, experta de la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD).

Molestias digestivas en el embarazo

¿Cómo aliviarlas?

  • Al acostarte, deja a mano galletas o pan tostado. Cuando te despiertes, quédate sentada en la cama unos minutos, no te levantes inmediatamente y come esas galletas.
  • Desayuna cuando la sensación de náusea haya pasado
  • Haz comidas frecuentes, pero con poca cantidad.
  • Evita las comidas muy grasientas y picantes.En ocasiones, también el exceso de algunas especias o hierbas aromáticas, el ajo o la cebolla pueden provocar náuseas.
  • Los olores fuertes de algunos alimentos pueden despertar la náusea. Si es tu caso, pide que otra persona cocine.
  • Las frutas cítricas aumentan los ácidos del estómago.
  • El café puede estimular los ácidos estomacales. Sustitúyelo por infusiones permitidas en el embarazo.
  • Por supuesto, si fumas, elimina por completo el tabaco. Además de aumentar la secreción de ácido en el estómago es una de las causas de crecimiento retardado en el feto y de que el bebé nazca bajo de peso.

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Gases 


El embarazo puede conllevar un síntoma bastante comprometedor, y a veces, doloroso: los gases. En los primeros meses se produce por los cambios hormonales y cuando el embarazo está más avanzado, se debe a la compresión que el útero ejerce sobre el sistema digestivo.

¿Cómo aliviarlos?

  • Mastica bien los alimentos.
  • Fumar favorece la ingestión de aire. Insistimos: no fumes.
  • Evita todo aquello que favorece que tragues aire, como masticar chicle, comer caramelos, beber con pajita, hablar mientras se mastica, comer deprisa...
  • Hay algunos alimentos que causan flatulencia como las coles (en todas sus variedades, como las coles de Bruselas, repollo, coliflor), alcachofa, cebolla cruda o naranja.
  • Es cierto que las legumbres causan mucha flatulencia. Para minimizar este efecto añade tomillo, hinojo o comino a la cocción, o cómelas en forma de crema o puré.
  • La fruta, mejor madura y antes de comer.
  • Haz ejercicio suave, como caminar.

Digestión lenta


Después de comer notas pesadez y sientes que la digestiones son más lentas. No tienes que preocuparte. Es algo normal. Por el efecto de esas hormonas, la motilidad del estómago es menor y eso significa que tarda más tiempo en triturar los alimentos que le llegan.

¿Cómo aliviarte?

  • ​​​​​Fracciona las comidas para que el estómago no esté demasiado lleno.
  • Evita las grasas de salsas, de la carne o los fritos: al estómago le cuesta digerirlas y ralentizan mucho la digestión.
  • Mastica mucho los alimentos, para ahorrarle al estómago un trabajo que no debe hacer.
  • Cuando vayas a comer, siéntate con el tronco bien recto. Una mala postura dificulta la llega del alimento al estómago.
  • No te tumbes nada más comer y da un paseo.

Digestión lenta en el embarazo

5 buenos consejos para buenas digestiones

  • No te pongas ropa ajustada, especialmente alrededor de la cintura.
  • Evita aumento de peso exagerado.
  • Intenta no beber mucho líquido durante las comidas, pues el agua neutraliza los ácidos gástricos y enlentece la digestión. Procurar beber entre comidas.
  • No fumes.
  • Practica ejercicios de relajación o apúntate a clases de yoga para embarazadas. Los problemas emocionales: el estrés, la depresión y el nerviosismo muchas veces se reflejan en el aparato digestivo. En las clases de preparación al parto te enseñarán a relajarte.

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Ardor de estómago


No falla, poco después de terminar de comer, sientes en la zona de la garganta una quemazón. Como si hubieses comido un plato picante, en lugar de una digestiva crema de zanahorias. Y es que precisamente eso es lo que hay en tu tubo digestivo: ácido procedente del estómago. Los ardores, o lo que los médicos llaman enfermedad por reflujo gastroesofágico, aparecen aproximadamente entre el 30 y el 70 por ciento de las mujeres embarazadas, y casi todos los estudios demuestran que su frecuencia aumenta conforme el embarazo avanza, aunque también pueden estar presentes en el primer y segundo trimestre.. “A medida que el bebé va creciendo, el útero puede ejercer presión sobre el estómago y el intestino, que a su vez también puede provocar ardor y dolor abdominal”, señala la Cristina Carretero, experta de la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD). Además, la pérdida de tono de la válvula que se encuentra entre el estómago y el inicio del esófago (llamada cardia) favorece la regurgitación de los jugos del estómago hacia el esófago, cuyo recubrimiento no está preparado para la acidez de los mismos.

¿Cómo aliviarte?

Molestias digestivas en el embarazo

  • Como en el caso de las náuseas hay que fragmentar la ingesta de alimentos en cinco comidas pequeñas, y beber lentamente y en cantidades pequeñas
  • Las tostadas de pan alivian el ardor y la leche ayuda a reequilibrar la acidez del estómago.
  • Las bebidas excitantes, como el café, el té o el chocolate, y las bebidas con gas favorecen el reflujo y la acidez.
  • Hay que evitar los alimentos picantes y los aderezos muy grasos.
  • Se debe intentar comer derecha para no oprimir el estómago.
  • Acostarse unas dos horas después de haber comido.
  • Dormir con la cabeza elevada unos 15 cm sobre el resto del cuerpo. La fuerza de la gravedad impedirá que los ácidos fluyan por el esófago.

¿Y si no funcionan?

Si a pesar de tomar estas medidas dietéticas las molestias en la digestión continúan, consúltalo con tu médico. Actualmente hay medicamentos que te pueden ayudar a combatir los vómitos y los ardores de estómago y aunque son la última alternativa, en ocasiones no queda más remedio. Eso sí, jamás te automediques, y toma solo aquellos fármacos que te recete tu médico.

Caridad Ruiz
Redactora experta en salud