Cómo benefician las fajas y cinturones para embarazadas

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Cómo beneficia la faja a la embaraza
11 Jun 2018

Como ya hemos comentado en otro "post" del blog, existen fajas específicas para embarazadas que pueden reportar muchos beneficios.  Pero algunas gestantes o familiares cercanos nos comunican en consulta su temor a utilizarlas, al pensar en que éstas pueden comprimir al bebé o dificultar su desarrollo. Este miedo está muy lejos de la realidad, siempre que elijamos una faja especial para embarazadas que sea adecuada a nuestra talla y a nuestro momento de gestación.

Si tu ginecólogo te ha recomendado en algún momento emplear una faja, puedes estar tranquila y utilizarla sin temor. Hacemos un repaso de todo lo que debes tener en cuenta antes de empezar a usar una faja o un cinturón para embarazada:

A partir de la semana 25. La faja para embarazadas suelen emplearse a partir del segundo trimestre, habitualmente a partir de la semana 25 de gestación, cuando las cambios anatómicos son mayores, el abdomen comienza a distenderse de forma notoria y aumenta la curvatura lumbar de la espalda. En esos momentos pueden  producirse molestias o dolor lumbar, pinchazos o tirones en el bajo vientre, presión o dolor en  el pubis, e incluso impedir caminar de forma normal.

Alivian molestias. Este tipo de fajas para embarazadas pueden ayudar a sobrellevar esas molestias. Su forma de actuar es funcionando a modo de sostén o andamio, auxiliando a nuestros  músculos abdominales. De este modo, además de nuestro tono muscular, la faja permite mantener posturas adecuadas y disminuye la tensión de los ligamentos.

Unas horas al día. Su uso debe estar limitado a unas horas en el día, no se recomienda mantenerla puesta las 24 horas. Y no porque signifique un riesgo para el bebé, sino porque puede que nuestros músculos abdominales tienen tendencia a disminuir su tono al no verse forzados a mantenerlo por sí solos. 

Cinturón o faja entera. Existen dos tipos de faja principales: las que cubren el abdomen completo, como clásicas o tradicionales, y las que son solo un cinturón de embarazada que se colocan por debajo del pliegue de la barriga, con la intención de ascenderla. Ambas han demostrado que mejoran las molestias en el bajo vientre, mejoran la postura al caminar, ayudan a la postura de la espalda, y disminuyen las molestias o el peso sobre el pubis y la pelvis. Se ha documentado que incluso pueden mejorar el flujo sanguíneo venoso, disminuyendo las varices vulvares y en miembros inferiores.

Busca tu talla. Para evitar que las fajas generen efectos secundarios o incomodidad, lo principal es dar con la talla adecuada para cada gestante. Al igual que escoges un pantalón de tu talla cuando vas a una tienda de ropa, has de encontrar la faja que mejor te va. De este modo se consigue una presión y sujección óptimas, sin llegar a generar molestias o una compresión excesiva.

¿Excesiva presión sobre el bebé? Si hacemos esta elección correcta, el uso deja de faja no va a producir ninguna compresión sobre el bebé que vaya poner en peligro su desarrollo, su crecimiento, o general alguna deformidad. Si aun así eliges una faja que te genera mucha presión o incomodidad, debes saber que es prácticamente imposible que afecte al bebé. Los fetos en desarrollo se encuentran protegidos por una bolsa de líquido, la bolsa amniótica entre cuyas funciones se encuentra la de amortiguar los traumatismos o las presiones del exterior. Por ello, aunque una faja de embarazo genere una compresión excesiva durante un tiempo, este líquido será capaz de absorber esta compresión. No obstante, no se recomienda prolongar su uso si genera muchas molestias o dolor.