El parto con fórceps: guía completa

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La guía completa sobre el parto con fórceps
18 Jun 2025

La mayoría de los partos sucede de forma natural o con asistencia mínima, pero en ocasiones puede ser necesario recurrir a técnicas adicionales para asegurar el bienestar del bebé y de la madre, entre las que se encuentra el parto instrumental con fórceps. El parto con fórceps es una técnica médica que, aunque suene intimidante, puede ser una herramienta muy valiosa para ayudar a que el nacimiento se produzca de forma segura. Hoyse utiliza con criterios muy estrictos y solo cuando es necesario. La mayoría de las mujeres que tiene un parto instrumental se recupera sin problemas y sus bebés nacen sanos.

¿Qué es el parto instrumental?


El parto instrumental se denomina así cuando es necesario utilizar un dispositivo para facilitar la extracción del bebé en el último momento del parto, una vez que la dilatación del cuello del útero es completa y la cabeza ha descendido por el canal del parto. Existen diferentes tipos de instrumentos. Uno de ellos es el fórceps, aunque también se pueden utilizar la ventosa o las espátulas.

¿Qué es el fórceps?


El fórceps es un instrumento médico que se utiliza para ayudar a guiar al bebé fuera del canal del parto durante el parto vaginal. Consiste en dos piezas de metal curvas que se asemejan a unas pinzas grandes. Estas piezas se introducen cuidadosamente en la vagina y se colocan a ambos lados de la cabeza del bebé para poder ayudar a traccionar durante una contracción, acompañando el empuje de la madre.

Es fundamental aclarar que el fórceps no "saca" al bebé por la fuerza, sino que lo asiste, trabajando en coordinación con el esfuerzo de la madre y las contracciones uterinas. Cuando se utiliza correctamente y por profesional experto, es una técnica segura y eficaz.

¿Cuándo se utiliza el fórceps?


El uso del fórceps no es habitual en todos los partos. Se reserva para situaciones concretas en las que el parto vaginal necesita una pequeña ayuda para completarse de forma segura. Algunas de las razones por las que puede ser necesario utilizar el fórceps incluyen:

  • Falta de progresión en la fase final del parto: cuando la madre lleva mucho tiempo empujando y el bebé no avanza por el canal del parto.
  • Cansancio extremo de la madre: aunque en la mayoría de los casos las mujeres tienen la fuerza suficiente para completar el parto, es importante tener en cuenta que se trata de un proceso largo, intenso y físicamente exigente. En algunas situaciones, la madre puede llegar muy agotada a la fase final y no tener energía suficiente para seguir empujando. En estos casos, el fórceps puede ser una ayuda “extra” que permite completar el parto de forma segura, tanto para la madre como para el bebé
  • Situaciones en las que el bebé necesita nacer con rapidez: por ejemplo, si se detecta en los monitores un descenso anormal en el ritmo cardíaco del bebé, lo que puede indicar que no está recibiendo suficiente oxígeno. En estos casos la indicación sería por una sospecha de pérdida de bienestar fetal.
  • Posición del bebé: si el bebé está en una posición complicada, como con la cabeza girada hacia un lado, el fórceps puede ayudar a girarlo y guiarlo correctamente.
  • Condiciones médicas maternas: si la madre tiene problemas cardíacos, hipertensión o algún otro problema de salud que hace desaconsejable un esfuerzo prolongado.

En todos los casos, la decisión de utilizar fórceps se toma con el objetivo de proteger la salud tanto del bebé como de la madre. Es una técnica que se realiza en el paritorio, por un equipo entrenado y bajo condiciones controladas.

¿Cómo se realiza un parto con fórceps?


Antes de usar el fórceps, el equipo médico se asegura de que se cumplan ciertos requisitos:

  • El cuello del útero debe estar completamente dilatado.
  • La cabeza del bebé debe estar lo suficientemente baja en el canal del parto y colocada adecuadamente.
  • La madre debe estar informada y haber dado su consentimiento.

El procedimiento suele realizarse con anestesia epidural o local para minimizar el dolor. Una vez colocados correctamente los brazos del fórceps alrededor de la cabeza del bebé, el médico realiza tracciones suaves y coordinadas en el momento en el que se producen las contracciones y los pujos de la madre. En la mayor parte de los casos, el bebé nace tras unos pocos intentos de tracción.

Después del parto, se revisa cuidadosamente tanto al bebé como a la madre para detectar posibles lesiones o complicaciones.

¿Qué riesgos tienen los fórceps para la madre?


Aunque el uso del fórceps es generalmente seguro, como cualquier procedimiento médico, puede tener algunos riesgos. En el caso de la madre, pueden incluir:

  • Desgarros vaginales o perineales más extensos: es posible que se necesiten puntos para cerrar las heridas tras el parto. El riesgo de un desgarro del esfínter anal es mayor en un parto instrumental que en un parto eutócico. No obstante, con un correcto diagnóstico y reparación, el pronóstico es bueno.
  • Dolor en el periné (la zona entre la vagina y el ano) durante los días posteriores al parto. Al poder producirse desgarros más grandes y una tracción más intensa, es posible que se presente dolor en la zona los días posteriores. Una correcta analgesia alivia estas molestias.  
  • Incontinencia temporal o dificultad para controlar la vejiga o el intestino. Durante un parto con fórceps, los músculos del suelo pélvico —especialmente el músculo elevador del ano— pueden someterse a una tracción más intensa de lo habitual. Esto puede provocar, en algunos casos, una pérdida temporal de la capacidad para controlar completamente la orina o las heces. Generalmente, estos síntomas son transitorios y mejoran en cuestión de horas o días, a medida que los tejidos se recuperan. En caso necesario, se puede recurrir a ejercicios de rehabilitación del suelo pélvico para acelerar la recuperación.
  • Hematomas o hinchazón en la zona vaginal.

Estos efectos suelen ser temporales y tratables. La mayoría de las mujeres se recuperan bien con reposo, cuidados locales y, en algunos casos, fisioterapia del suelo pélvico.

¿Qué riesgos tienen los fórceps para el bebé?


Para el bebé, los riesgos también son poco frecuentes y, en su mayoría, temporales. Pueden incluir:

  • Marcas o hinchazón en la cabeza: debido a la presión de las cucharas del fórceps. Estas marcas suelen desaparecer en pocos días.
  • Pequeños hematomas o moratones.
  • Lesiones en los nervios de la cara: en casos muy poco comunes, el fórceps puede comprimir un nervio facial, lo que provoca una ligera asimetría en la expresión del rostro del bebé. En la mayoría de los casos, se resuelve por sí sola en pocas semanas.
  • Fracturas de cráneo: es una complicación altamente infrecuente (tienen una incidencia menor del 0,001%). En los casos en los que sucede, la fractura suele ser mínima y sin desplazamiento. En la mayoría de los casos, estas fracturas no requieren tratamiento específico y se curan solas llevando a cabo un correcto seguimiento pediátrico.

¿Es posible rechazar un parto con fórceps?


Como paciente, tienes derecho a estar informada y a participar en las decisiones sobre tu atención médica. Sin embargo, es importante comprender que, en ciertos casos, el uso del fórceps puede ser la mejor opción para evitar una cesárea de urgencia o complicaciones mayores.

En una situación de emergencia, el equipo médico priorizará la seguridad del bebé y de la madre. Por eso, te recomiendo que durante el embarazo hables con tu matrona o ginecóloga sobre tus preferencias para el parto, pero también te mantengas abierta a las distintas posibilidades. La flexibilidad y la confianza en el equipo médico son clave para un parto seguro.

Virginia González González
Ginecóloga en Sanitas y Hospitales Quiron