Cómo funcionan las 5 hormonas clave del embarazo

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Progesterona, relaxina, hormona del embarazo y lactógeno placentario
22 Feb 2021

Nuestro cuerpo es realmente sorprendente. Multitud de procesos y funciones se realizan cada milisegundo en nuestro organismo, y están tan perfectamente integrados que hacen que todo funcione a la perfección sin que lleguemos a darnos cuenta. Y las hormonas tienen mucho que ver en ello. Son sustancias químicas, secretadas por algunas células especializadas, que son transmisoras de información entre diferentes órganos y así capaces de regular todos los procesos vitales para que nuestro cuerpo pueda funcionar a la perfección.

Para qué sirven las hormonas del embarazo

Durante el embarazo, parto y puerperio, el organismo debe sufrir numerosos cambios y adaptaciones y son muchas las hormonas implicadas en ello. Regulan el ciclo menstrual, la implantación embrionaria, los cambios adaptativos del organismo, el crecimiento del feto, el mecanismo del parto, del puerperio y de la lactancia materna. Son por ello imprescindibles para conseguir que el embarazo llegue a buen puerto, aunque también son las causantes de la mayoría de los efectos secundarios (o molestias) que experimenta la embarazada.

Hoy repasaremos las hormonas más importantes relacionadas con la gestación, conoceremos su función y su implicación en la fisiología del embarazo, entenderemos su importancia y también hablaremos de esas molestias que en ocasiones pueden causar.

1. Progesterona: prepara el endometrio para la implantación

Presente a lo largo de toda la vida fértil de una mujer e involucrada en el ciclo menstrual normal, la progesterona es una hormona fundamental para la consecución del embarazo, ya que prepara el endometrio para la adecuada implantación del embrión. También actúa como relajante del musculo uterino, evitando que se contraiga durante el transcurso del embarazo, disminuye la resistencia vascular del organismo. Está implicada en el control de la respuesta inmune materna.

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  • Tras la ovulación, esta hormona es producida por el cuerpo lúteo, y a partir de la semana 12 de embarazo, por la placenta. Su principal precursor es el colesterol materno, por lo que se libera para su uso y se detecta un aumento de sus niveles en sangre de manera fisiológica.  
  • Es responsable del aumento del volumen de sangre, necesario para que puedan llevarse a cabo todos los procesos y cambios necesarios para la gestación.
  • Por ello la piel y el cabello estarán revitalizados y sanos, pero también causa algunos síntomas menos deseados, como las digestiones lentas, el estreñimiento, el ardor de estómago, el cansancio y el sueño.

2. Estrógenos: ciclo menstrual, ovulación y embarazo

Los estrógenos están relacionados íntimamente con la progesterona y también presentes como ella durante toda la vida fértil de la mujer. Ambas hormonas se regulan y hacen posible el ciclo menstrual normal, la ovulación y la gestación, además de ser las responsables de los caracteres sexuales femeninos:

  • Su función durante el embarazo es la de asegurar la vascularización y el aporte sanguíneo adecuado al útero, ayudando a su crecimiento y a mantener, junto a la progesterona, el revestimiento endometrial en perfectas condiciones para la adecuada implantación y crecimiento del embrión. ¿Cómo? Proporcionándole oxígeno, nutrición y un lugar muy confortable para poder crecer.  
  • También estimula la mama para su adecuado desarrollo y función posterior (la lactancia materna), relaja y flexibiliza los ligamentos pélvicos y la articulación sacroilíaca, e induce los cambios necesarios en los genitales externos para el parto.
  • Es la responsable de los síntomas de tensión mamaria, molestias o congestión pélvica, y de la congestión nasal, tan frecuentes en el embarazo.

3. La "hormona del embarazo" (hCG): pico máximo, semana 10

La gonadotropina coriónica humana (hCG) es coloquialmente conocida como “la hormona del embarazo”, ya que aumenta de forma progresiva desde la concepción y a lo largo de todo el primer trimestre, alcanzando su pico máximo en torno a la semana 10, para disminuir posteriormente.

  • Tras producirse la concepción, es la primera que comienza a trabaja y comunica al resto del organismo que existe un embarazo, mantiene al cuerpo lúteo, que producirá más estrógenos y progesterona.
  • Estimula la glándula tiroides materna e Interviene fundamentalmente en la síntesis de hormonas, tanto en la madre como en el feto.
  • Es la causante principal de las náuseas y vómitos tan característicos del primer trimestre.

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Es la hormona que detectan los test de embarazo (en sangre y en orina), y también forma parte del cribado de cromosomopatías del primer trimestre, por lo que su función diagnóstica es imprescindible.

4. Relaxina: previene el aborto y el parto prematuro

La relaxina es una hormona cuya función principal es la de relajar el musculo liso presente en nuestro organismo. Así mantiene el músculo uterino relajado, evitando que se contraiga y con ello previene tanto el aborto como el parto prematuro. También relaja el musculo liso arterial, con lo que asegura un adecuado aporte de sangre a los principales órganos y a la placenta.  

Sus niveles aumentan fundamentalmente durante el primer trimestre del embarazo, aunque después sigue presente a lo largo de toda la gestación.

Influye también en varios síntomas de embarazo, como el aumento de la diuresis (al aumentar el flujo sanguíneo al riñón), o los ardores de estómago (al relajar el esfínter superior del estómago, también denominado cardias)

5. Lactógeno placentario (o HPL): ayuda al desarrollo fetal

El lactógeno placentario puede detectarse en sangre unos días después de la implantación, e irá aumentando sus niveles de manera progresiva. Esta hormona es producida por la placenta. Asegura el suministro de glucosa al feto, aumenta también los ácidos grasos libres circulantes y favorece la síntesis proteica, interviniendo en el correcto desarrollo fetal. También prepara la glándula mamaria para la lactancia.

Ahora que ya sabemos más acerca de las principales hormonas del embarazo, podemos entender más fácilmente porque se producen esos efectos secundarios característicos, en ocasiones tan molestos. Y también el hecho de que estés más sensible, tengas ganas de llorar sin un motivo aparente y estés más irritable de lo normal. Todo es debido a esta revolución hormonal tan importante que debe producirse para que el organismo de la futura mamá pueda funcionar de manera perfecta. Más adelante hablaremos de las hormonas implicadas en el proceso del parto y en la lactancia materna.

Dra. Elisa García
Especialista en Ginecología y Obstetricia del Hospital Clínico San Carlos (Madrid)